Por María del Socorro Aguilar Cucurachi
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Para que la divulgación científica en México sea efectiva y tenga un verdadero impacto es importante hacer las cosas bien y no sólo crear canales de YouTube o participar en redes sociales que nadie ve o que a nadie le importan. No necesariamente por la pertinencia del contenido, sino por el formato, lenguaje y la falta de un referente común que conecte con sentido y significado las vidas cotidianas de quienes reciben el mensaje y el mensaje mismo. Es necesario que las actividades de divulgación científica sean planificadas, coordinadas y ejecutadas de manera estratégica —utilizando herramientas y canales de comunicación adecuados para llegar a públicos específicos— para lograr objetivos claros. Esto implica no sólo contar con personas capacitadas en comunicación y diseño, sino también involucrar a quienes se dedican a la ciencia y la academia en procesos de comunicación para que adapten su lenguaje y formato de comunicación al público objetivo, y utilicen ejemplos y casos concretos para ilustrar sus resultados de investigación.