Por: Nicolás Gutiérrez Wenhammar
Ilustración: Izak Peón, cortesía de Nexos
Hace sesenta años John F. Kennedy y Jackie cruzaban el umbral de la Basílica de Guadalupe a la expectativa de miles. Era la primera vez que un presidente estadunidense católico venía a México. Para Kennedy el país no era del todo desconocido, pues en su niñez, cuando era Scout, viajó a México por primera vez. El futuro presidente enfatizó ese afecto al elegir Acapulco como destino de luna de miel junto a Jacqueline Kennedy. Aquel 1 de julio de 1962, una valla de Scouts contenía a los fieles que se asomaban para echar una última mirada a la célebre pareja en su tour mexicano. John ya no regresaría a México nunca más, pues un año y medio después, en Dallas, Texas, ocurriría el magnicidio más hablado de la historia moderna. El asesinato de JFK en la Plaza Dealey el 22 de noviembre de 1963 abrió la puerta para la llamada “conspiración” del caso Kennedy y los miles de seguidores que a la fecha continúan intentando resolver sus interrogantes.