Por: Jesús Silva-Herzog Márquez
Ilustración: José María Martínez, cortesía de Nexos
Su primer biógrafo lo recuerda maravillado como estudiante en Oxford contemplando los grabados y mapas que coleccionaban los encuadernadores. En todos sus libros resalta la importancia del diseño del que fue, por lo menos, coautor. Su traducción de La guerra del Peloponeso, su primer libro, expone ya la miga del relato en la portada. Insatisfecho por los mapas disponibles, traza él mismo el dibujo de Grecia y lo firma para la edición. Hay correspondencia que advierte la importancia que daba a la presentación visual del texto y la intensidad con la que discutía sobre asuntos tipográficos: el tamaño y la fuente empleada le parecían cruciales en el trabajo de edición.
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