Por Fernando Escalante Gonzalbo
Ilustración: Estelí Meza
En febrero de 1987 Mark Minnie tomó declaración a un niño de doce años que quería denunciar que un grupo de “tíos” había abusado sexualmente de su hermano, y lo habían maltratado de tal forma que había tenido que ser hospitalizado. Minnie grabó también el relato del hermano, en el hospital. La historia era muy simple. Ellos dos, junto con otros adolescentes, se dedicaban ocasionalmente a la prostitución en Port Elizabeth. Tenían un cliente asiduo, “el tío Dave”, que a veces los llevaba a su casa y a veces los llevaba con sus amigos, para entretenerlos. Regularmente pasaban a recogerlos, a tres, cuatro o más, y los transportaban en helicópteros militares a Bird Island, en la Bahía de Algoa, donde eran las fiestas.
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