Por: Cristina Reyes Ortiz y Gerardo Álvarez García Peña
Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos
La sentencia muy probablemente será impugnada por el presidente de la República y, por ello, el futuro de su contenido resulta incierto. No obstante, ya figura como un precedente importante en una materia esencial para el futuro del país: la militarización o no de su vida pública. La Suprema Corte todavía debe resolver las controversias constitucionales interpuestas en contra del Acuerdo. En este sentido, esta sentencia puede abonar a la generación de un clima, en el que la invalidación general del Acuerdo resulte posible y deseable. Lo más importante es que se establezcan controles claros a la actuación de las Fuerzas Armadas en las calles y así evitar que se sigan cometiendo violaciones graves a los derechos humanos.
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