Ciudad de México /
Por: Alejandro Rodríguez Rodríguez
Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos
Si a estas alturas, se cree que se debe regresar al aula “para que aprendan bien los estudiantes”, “para que cubran lo mínimo indispensable del programa oficial”, “para que los docentes hagan su trabajo” aún no se entiende que la sociedad en la que funcionábamos se ha mostrado radicalmente frágil. El virus afectó esquemas de producción y ejercicio de la ciudadanía, horarios familiares y laborales, modos de interrelacionarnos y aprender o desaprender y hasta hoy no hay quien lo pare. Urge adaptarnos a esta nueva realidad.
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