Por:Claudio Lomnitz
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Los cambios que se han sobrevenido en México durante los pasados treinta años han producido desplazamientos y migraciones, han provocado quiebras y han ampliado el uso rutinario de la violencia como una estrategia ordenadora de la economía; la teleología —la dirección imaginada de la historia— ha servido para minimizar estos hechos de frente a la grandiosidad de un futuro que nunca termina de llegar. Pongo un ejemplo reciente: el 30 de septiembre 2021 circuló un video en el que una banda que se hace llamar Los Tlacos capturó, torturó y ejecutó a veintiún supuestos sicarios de otra organización, La Bandera, en las inmediaciones de Iguala. Tres días después, el 2 de octubre, para conmemorar con mucha solemnidad el aniversario de la ya sagrada matanza de Tlatelolco, el presidente firmó un decreto para crear la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves de los Derechos Humanos Cometidas de 1965 a 1990. El gobierno no consigue investigar ni perseguir casi ningún crimen grave, y las matanzas se siguen unas a otras sin freno ni consecuencia, pero el gobierno se da baños de pureza firmando decretos para descubrir la verdadera verdad de lo que sucedió hace cincuenta años.