Una señal segura de que el debate del mercado financiero cruzó de Wall Street al público en general es cuando las celebridades participan. Así que claro ejemplo de este momento es la última intervención de nada menos que Steven Seagal sobre la pregunta de cuándo la Reserva Federal de EU finalmente estará lista para elevar las tasas de interés.
Así que cuando a principios de este mes se le preguntó en Twitter al aficionado a las artes marciales con voz susurrante e incondicional de las películas de acción cuándo la Fed aumentaría las tasas de nuevo, una pregunta que atormenta a los operadores e inversionistas desde que se dio el último incremento en diciembre del año pasado.
Seagal es un hombre muy ocupado. Sin embargo, con un tuit desde Moscú, poco después de que fue invitado de honor de Nomad Games en Kirguistán (piensen en cacería de águilas y cabras decapitadas), y de aparecer ante la prensa para probar las zanahorias y sandías de cosecha propia en compañía de Alexander Lukashenko, el hombre fuerte de Bielorrusia (no, en serio) no dudó en responder, y con una refrescante brevedad, también. “Probablemente no, hasta 2017”, respondió.
Para los que estamos acostumbrados a leer docenas de páginas de investigación de los bancos para llegar más o menos a la misma conclusión (“Honestamente no sabemos nada más, pero probablemente todavía no”), este proyecto alterno de Seagal puede llegar a tener éxito. Bueno y breve.
Después de todo, probablemente esté en lo correcto. A menos que la Fed quiera finalmente retar la creencia generalizada y demostrar que no está sujeto al capricho de los operadores. En este momento, la probabilidad implícita de un incremento a las tasas de interés —pocas semanas antes de las elecciones presidenciales de EU, no lo debemos olvidar— es apenas de 18 por ciento. Algunos valientes se mantienen en la opinión de que dará una sorpresa de otoño, pero esa es una opinión minoritaria por decir lo menos, y los datos económicos más recientes no presentan un argumento obvio para hacer un movimiento.
Como recordatorio: el historial de la Fed muestra que no es reacio a hacer un recorte sorpresa a las tasas, pero prefiere preparar primero al mercado antes de llevar a cabo un incremento, para evitar “un doble ajuste” de la política monetaria y de las condiciones de los mercados financieros. En otras palabras, si fuera a elevar este mes, probablemente habría dado algunas señales obvias y guiños por ahora.
Hacer predicciones de la Fed ha sido un asunto verdaderamente complicado para la mayoría de los analistas más experimentados en las artes oscuras del banco central. En agosto, Stephen Jen, gestor de fondos de cobertura de Eurizon SLJ Capital, dijo que observar a la Fed, en retrospectiva, es “la pérdida más grande de mi tiempo en los últimos dos años”. “A veces siento que la Fed nos toma el pelo”.
Esa es una opinión generalizada de un mercado frustrado. Al igual que un paciente con dolor de muelas, a muchos inversores les gustaría que el banco central consiguiera unas pinzas oxidadas y sacara el molar molesto y de esta manera pudiera sacarlos de su miseria.
Hay cierto elemento de que los pavos votan por la Navidad. La reciente caída en los bonos centrales de gobierno a escala mundial es un recordatorio para los que llegan tarde a la recuperación de la renta fija de que pueden recibir un duro golpe si los bancos centrales actúan sobre sus advertencias y reparten caramelos gratis a los mercados de activos ampliados en números e.
El Banco Central Europeo es un ejemplo de eso. No descartó realizar más estímulos, probablemente en la forma de una expansión de su programa de compra de bonos que debe vencer en marzo del próximo año.
Pero no le preocupa garantizar esa medida por el momento. Incluso un leve indicio de duda afectó muy duro a los bonos alemanes, la piedra angular de los mercados europeos. Después de ser tan caros que los compradores pagaron efectivamente casi 0.2 por ciento para ser dueños de ellos en el periodo inmediatamente posterior al voto de Gran Bretaña para salir de la Unión Europea, y ahora se debilitaron a tal punto en el que pagan un rendimiento nominal positivo. Tal como en los buenos tiempos.
Si estas dudas entre los banqueros centrales se afianzan, si pasan el el problema a los políticos y les dicen que tienen que lidiar con eso, si consideran que el repetir el mismo difícil estímulo una y otra vez se corre el riesgo de hacer más daño que bien, entonces eso puede convertirse en algo muy complejo. El incremento en las tasas de interés de Estados Unidos, cuando llegue, será el adorno del pastel.
Los movimientos de mercado a corto plazo ahora sugieren que los bonos desarrollan una tendencia para debilitarse incluso cuando los datos económicos que se publicaron son malos. Se empieza a construir el riesgo de lo que Bank of America Merrill Lynch llama “impacto de bonos”. Es un “incremento de otoño clave” para esta concurrida clase de activos”, advierte el banco.
Sin duda se terminaron las selecciones fáciles para los mercados de bonos. Algunos héroes de acción que hablan sin rodeos pronto estarán en demanda. “Impacto de los Bonos” suena como un nombre decente para el título de una película.
Katie Martin es editora adjunta de FastFT.