En virtud de que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) aumentará en una primera etapa 70 por ciento su capacidad, comparada con la terminal de ahora, el gasto de mantenimiento pasará de 6 mil millones de pesos a cerca de 11 mil millones, anticipó el director general del actual aeropuerto, Alexandro Argudín.
El presupuesto solicitado para el AICM en 2016 es de 2 mil 600 millones de pesos, que se ocuparán en mantenimiento de instalaciones eléctricas, aire acondicionado, reforzamiento del edificio terminal y ayuda visual, ya que la terminal debe mantenerse al 100 por ciento hasta el último día de operación, destacó en entrevista.
Saturación en el actual aeropuerto
Al participar en el foro internacional “La gran transformación urbana aeropuerto ciudad”, expuso que el AICM, que se estima atenderá este año a cerca de 36 millones de pasajeros, vive ahora una etapa de saturación tal que se han tenido que cerrar los estacionamientos de la Terminal 2, porque ya no cabe un automóvil más; se han comenzado a instalar estacionamientos remotos y los servicios sanitarios son insuficientes.
La capacitad está rebasada; en 2014 se declaró la saturación del aeropuerto en los horarios de operación aérea de las 7 de la mañana a las 11 de la noche, lo cual ha provocado que se tengan operaciones a lo largo de la madrugada, de las 11 de la noche a las 5 de la mañana, lo cual genera molestias.
Para hacer frente a la saturación en el tiempo en que iniciará operaciones el NAICM, dijo que se trabaja en un plan para descentralizar operaciones a otros aeropuertos alternos, como Querétaro y Toluca,
El reto es tener listo el aeropuerto en 2020, pero se debe estar preparado para administrar las instalaciones actuales por al menos seis años más, por si el proyecto se retrasa por alguna razón un año.
Desmantelar el actual aeropuerto ocupará cerca de tres años y será una inversión que dependa del gobierno federal; el espacio que ahora ocupa este centro de operaciones aéreas estaría desocupado hacia 2023.
Entre las ventajas del nuevo aeropuerto es que la trayectoria de aproximación de los aviones al aeropuerto no cruza la Ciudad de México, comparada con la actual, que obliga a pasar por la ciudad y al tener una curva que genera ruido y contaminación por la desaceleración de los motores, el nuevo trayecto tendrá aproximaciones lineales de más de 25 millas.
Se conservan instalaciones
Argudín señaló que aún no se tiene definido qué instalaciones se mudarán a las nueva sede; no obstante, anticipó que es posible mantener los edificios o las sedes de Aeropuertos y Servicios Auxiliares y de Servicios a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano.
Otra instalación sería la actual planta de combustible, la cual tiene la opción de conectarse con el NAICM, pero en caso de que se decida cerrar debe seguir un proceso de saneamiento del terreno, además de retirar aproximadamente mil 600 metros lineales de tuberías.
Por ejemplo, las actuales pistas del aeropuerto pueden ocuparse como vialidad para conectar al nuevo. "Sería lo ideal porque acortaría la distancia entre el nuevo aeropuerto y el principal centro de consumo", en referencia a la ciudad.
Por otra parte, apuntó que en algunos casos se deberán esperar a resolver temas legales, como el caso de las instalaciones de la aerolínea Aviacsa, la cual ocupa un terreno importante que está en un proceso jurídico y que no se tiene certeza de cuándo se va a resolver.