El Centros de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) advirtió que es probable que las presiones inflacionarias que se registran en el país duren hasta el final del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues además del impacto de factores externos, la inflación tiene “raíces internas significativas”.
En su informe semanal, el Ceesp indicó que la inflación continúa siendo preocupante, pues durante los primeros quince días de agosto los precios al consumidor registraron un aumento de 0.42 por ciento, su mayor alza para el mismo lapso desde 1998 y, además, superó las expectativas, ya que el pronóstico promedio de la encuesta de Citibanamex anticipaba un alza de 0.33 por ciento.
Añadió que la inflación anual se ubicó en 8.62 por ciento, la más alta desde la segunda quincena de diciembre del 2000 y superior a las expectativas para todo el año que rondan el 8 por ciento.
Explicaron que las mayores presiones provienen del subíndice subyacente (69 por ciento), el que excluye precios de agropecuarios y energéticos, que aumentó 7.97 por ciento, ya que casi una tercera parte se explica por los precios de alimentos, bebidas y tabaco que sufrieron el mayor avance desde la segunda quincena de diciembre de 1999.
“Cabe resaltar la importante resistencia a la baja del indicador subyacente, que excluye los precios más volátiles y busca reflejar con mayor claridad excesos de demanda menos transitorios, más agregados y de los mercados. Ello sugiere que, contrario a opiniones de diversos observadores, la inflación tiene raíces internas significativas”, aseveró el centro de investigación.
“En este contexto, es probable que las presiones inflacionarias se mantengan hasta finales del sexenio. El Banco de México estima que la inflación puede converger a la meta de 3 por ciento en el primer trimestre de 2024. No obstante, la persistencia del elemento subyacente podría extender el alcance de la meta”, agregó.
Crecimiento
Respecto al crecimiento económico, el Ceesp apuntó que aún se mantiene muy por debajo de lo que requiere la economía para el impulso del empleo y el bienestar de los hogares y del promedio de los últimos cuatro sexenios (2.5 por ciento), pues el nivel real del producto interno bruto (PIB) se mantiene 9 por ciento por debajo de su tendencia de largo plazo y aún no recupera lo perdido desde 2019.
Durante el segundo trimestre del año la economía creció 0.9 por ciento respecto al trimestre
previo, ligeramente por debajo de la estimación preliminar 1 por ciento. Con ello acumuló tres trimestres consecutivos con variaciones secuenciales positivas y su comparación anual arroja un avance de 1.9 por ciento, que continúa notoriamente por debajo del pronóstico oficial más reciente que anticipa un crecimiento de 2.4 por ciento para el presente año, argumentó.