Las piñatas son una tradición que llegó a México en el siglo XVII como un instrumento más de la evangelización española, cuando los frailes agustinos de Acolman de Nezahualcóyotl recibieron la autorización del papa Sixto V para celebrar las “misas de aguinaldo”, que años después se convertirían en las posadas y hoy son sustento de cientos de artesanos que han encontrado en su elaboración el soporte para sus familias.
Es el caso de la familia Ortíz Zacarías, que durante todo el año trabaja en su manufactura y al cierre de este 2019 habrá producido al menos 8 mil 500, algunas de las cuales serán expuestas en la feria que cada año se realiza en el municipio.
La tradición en esta familia empezó con Romana Zacarías Camacho, quien murió en 2016, y la pasión de sus integrantes por esta artesanía hace que sean los únicos artesanos que trabajan de planta en la actividad de la elaboración de las piñatas.
“Mis padres y tíos, siempre al terminar el año se reúnen e intercambian puntos de vista, no van sobre la producción o elevarla cada año, porque la situación económica para todos no es muy buena, pero se piensa en función de que esta costumbre no se pierda”, dijo a Notivox Javier González, artesano y miembro de la familia Ortiz Zacarías.
Pese a trabajar todo el año, diciembre es el mes en que más se venden y la estrella de siete picos es la figura más demandada, aunque como en cualquier mercado las modas aquí también marcan tendencia.
“Vendemos muchas nochebuenas, pero la que está de moda ahora es la piñata cabezona, que es muñequito muy cabezón, como una pelota grande para hacer pilates, con un cuerpo muy pequeñito”, explicó Javier.
Aún con la variedad y calidad de sus creaciones, la familia no ha podido concretar las exportaciones de las mismas porque “los trámites son muy burocráticos”.
“Los requisitos que nos pide el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) no se llevan bien con lo que significa la creación de una piñata, porque nos piden que todas sean de una medida específica, y eso no es muy sencillo, si pensamos en que cada pieza puede variar por el proceso artesanal que lleva elaborarla”, explicó.
Para Javier la exportación es un proceso muy largo y costoso que requiere de mucho tiempo. “Sí hemos iniciado ya algunos procedimientos, pero requeriríamos de más apoyo por parte del gobierno federal, y del estatal, pero tal parece que si ellos no llevan una ganancia el trámite no es tan atractivo, y nosotros hemos elegido invertir más en materia prima porque es nuestro negocio, que en el proceso de exportación”.
“Nuestro trabajo es volumen, y entonces el embalaje de las piezas no es tan sencillo, se deben empaquetar en cajas, y esto implica hasta el maltrato de las piñatas. Debemos recordar que cada una de estas piezas es única, son hechas a mano”, dijo.
Récord
Javier recordó que el último récord que la familia Ortiz Zacarías impuso fue en 2003, cuando elaboró “la piñata más grande del mundo”, que midió 12 metros de alto y de cono a cono, es decir, el ancho, 4 metros 85 centímetros.
“Esa megapiñata la elaboramos en la ciudad de Toluca y el plus de este trabajo artesanal consistió en que fue decorada por 4 mil 500 niños de diferentes escuelas de todo el Estado de México”, narró.
Todo esto se logró por una convocatoria del gobierno del Estado de México que invitó a los artesanos por medio del Centro Cultural Mexiquense.
El récord ya fue superado por artesanos de Toluca, quienes elaboraron un enorme piñata sobre una estructura metálica de 22 metros, la cual fue colocada en la Plaza de los Mártires.
Uno de los principales logros de esta familia es la piñata de “La China”, la cual retrata a la pintora Frida Kahlo, así como la piñata pirotécnica, que es una figura esférica que se divide en cuatro gajos y que en la parte de arriba tiene una corona con cohetes que gira sobre su propio eje y va desprendiendo luces de colores.
La piñata pirotécnica tarda de un minuto a un minuto 30 segundos en quemar sus luces de colores, para después abrir sus cuatro gajos y dejar caer los dulces que lleva en su interior. Es una esfera con picos y decoración, que se elabora con materiales especiales: papel metalizado y reforzado, para evitar que la pieza se encienda.
El costo de una piñata puede ir desde los 20 pesos, como es el caso de las que usan para colgar en los automóviles, hasta los 2 mil 800 pesos por una de tres metros. En el caso de las pirotécnicas, los costos oscilan entre 750 y mil 500 pesos.
La Feria de la Piñata de Acolman se realizará del 19 al 22 de diciembre y además de venta, habrá eventos culturales y talleres para elaborar tus propias piñatas. Los invitados especiales este año son Chile, así como Aguascalientes, Ciudad de México y la Alcaldía de Xochimilco.
Comunidad
En la temporada más fuerte del año son alrededor de 50 artesanos de Acolman los que participan en la elaboración de piñatas.
Tamaños
Las piñatas tradicionales pueden variar en tamaño: van desde los 40 centímetros hasta los dos metros.
Innovación
El modelo más reciente elaborado por la familia es una piñata pirotécnica que funciona con cohetes que lanzan luces de colores.