En el mundo de los “likes” y los “followers” ella es reina —sin ser actriz, cantante o conductora de televisión—. Charla veloz y con buen ánimo. Entusiasta. Cuando se le pregunta algo parece dispuesta a contestarlo todo. Es “Miss Sputnik” o “La Miss” en Instagram. La chica de los 105 mil seguidores y más de mil fotografías publicadas.
Acumula 100, 200, 300 “Me gusta” minutos después de subir una imagen. Se llama Flor, pero no le gusta la primavera, y dice que fue criada por lobos.
Le pido que me cuente quién es y cómo se define a sí misma.
“Soy una persona muy activa, me gusta andar de un lado para otro. No me gusta mucho la cotidianidad, entonces trato de todos los días encontrar algo distinto. La Ciudad (de México) es muy grande y siempre encuentras algo distinto, incluso en las actividades propias. Trabajo para un organismo internacional que, por cuestiones de políticas de la organización, no se puede decir el nombre, pero trabajo de 8:00 de la noche a 8:00 de la mañana, entonces eso me da una apertura tremenda durante el día para hacer demasiadas actividades, incluso a veces actividades propias del trabajo, o con Instagram, que afortunadamente se me ha dado para bien”.
Conversa mientras bebe un latte con leche de soya sin endulzante extra, en un Starbucks del sur del DF. Observa y escucha con atención. Mueve las manos cuando habla. Durante los 30 minutos aproximados de la entrevista solo toma su teléfono celular en dos ocasiones, una de ellas para leer el mensaje privado que Instagram le envió en junio de 2015 para notificarle que sería una usuaria sugerida, es decir, que la red social la recomendaría durante una a dos semanas en el flujo de cuentas recomendadas, con la finalidad de que sus fotos fuesen vistas por más personas y así incrementara su número de seguidores.
“Fue un sábado, perfectamente lo recuerdo. Fui a hacer compras en el Mercado de San Juan en el Centro, me gusta mucho, y, bueno, estaba yo haciendo mis compras y todo. Te lo juro: tenía un mango en la mano, porque estaba viendo la fruta, y en la otra tenía mi teléfono. En eso me llega un mensaje que dice: ‘Instagram desea enviarte un mensaje’. Yo abrí… haz de cuenta que se parece mucho a la notificación de cualquier persona que te envía un mensaje. Dije: ‘¿Qué será? Bueno, está bien’. Lo abrí y dije ‘Ok, yo no he roto ninguna política de Instagram, no sé por qué me están escribiendo’. Ignoraba la sugerencia tal cual y cuando lo abro es así de: ‘Instagram quiere hacerte sugerencia porque nosotros consideramos…’”.
Fue un momento memorable para Flor. Aún conserva el mensaje y lo lee completo, y con una sonrisa, durante la plática.
Luego le pregunto hasta qué punto su presencia e influencia en Instagram se han convertido en ganancias económicas para ella.
“Yo creo que en porcentajes sería como el 25 por ciento. Mi ingreso mayor es en mi trabajo fijo, pero sí es una ayuda económica bastante grande, que por ejemplo en este organismo internacional tuve que hacer dos meses de voluntariado. Es como el ‘a ver si aguantas para que te quedes’, y entonces este apoyo que yo recibía de las marcas (en esa etapa) para mí fue genial. De otra forma me hubiera quedado sin dinero, prácticamente”.
¿En qué consiste trabajar con las marcas a través de Instagram?
“Miss Sputnik” explica que se trata de pagos en efectivo, o con productos. Por ejemplo, le entregan un par de tenis cada mes, o le dan una cámara fotográfica u otro aparato, o un pago mensual, a cambio de que muestre estos artículos en las fotos que publica en su cuenta de Instagram.
“No trabajas con Instagram tal cual, sino que Instagram, la aplicación, te lo facilita. Por ejemplo, con Polaroid se dio la oportunidad de probar el teléfono. Te lo comento porque esa fue mi primera colaboración. Se dio la oportunidad de probar el teléfono. Estaba muy padre, la cámara te daba mucho, pero yo estoy muy apegada al iPhone, entonces, la persona que me dio a probar el teléfono me dijo: ‘¿Qué quieres?, ¿te doy el teléfono o quieres probar otro producto y te quedas con el otro producto?’. Y le dije, ‘bueno, a ver, dame otro producto, lo pruebo, igual, le tomo fotografías, bla, bla, bla, bla, y me dieron el Polaroid Zip Printer”.
Influencer e Instagramer
Las redes sociales de internet nos obligan a incluir nuevas palabras en nuestro vocabulario. Ahora se dice, por ejemplo, que un grupo de “instagramers” e “influencers” acudieron a un evento público o privado, pero ¿qué significa cada uno de estos términos? Flor los describe así:
“Un ‘influencer’ es una persona que tiene —vaya, tomando el nombre— influencia en esa red social, porque ya te está tomando en cuenta una marca, ya hiciste una colaboración con un museo, una tienda, alguna marca de ropa, de tennis, de cámaras, en algún café. Ya va más allá de eso. Quizá ya haya un pago de por medio, o por ejemplo haces colaboración con alguna revista o medio digital, y ellos quizá no te pagan con un pago tal cual, sino que te hacen una mención en su portal, en su revista o medio impreso.
“Un ‘instagramer’ es todo aquel que está en la red social de Instagram, pero no necesariamente tiene una marca. Simplemente está ahí, pero quizá ya sea una persona sugerida”.
¿Por qué “Miss Sputnik”?
“La Miss. I am Flower and I don’t like the spring. Coffee adict. Raised by wolves. Cloud watcher”. (La Miss. Soy Flor y no me gusta la primavera. Adicta al café. Criada por lobos. Vigilante de las nubes). Es la descripción de “Miss Sputnik” en su perfil de Instagram. Su nombre real es Flor de María Pacheco.
Días después de la entrevista en un Starbucks, me doy cuenta que olvidé preguntarle por qué usa el nombre “Miss Sputnik”. Se lo consulto por correo electrónico, mientras ella está de viaje en un lugar donde no hay señal de internet. Horas más tarde, contesta:
Resulta que hace ya más de 5 años, mi expareja me regaló el libro de “Sputnik, My Love”, de Haruki Murakami. Estaba renuente de leerlo. Lo vi pequeño, tipo "libro de bolsillo". No le tenía mucha fe.
Aun así, lo comencé a leer y desde las dos primeras páginas, me capturó por completo. No podía parar. La forma en que detalla cada escena de los capítulos del libro, es increíble. Podía imaginarlo, incluso, ilustrarlo.
Me identifiqué con el personaje de Sumire (Violeta), de inmediato. La chica rara que no es bonita pero que le causa curiosidad a la gente. Que siente una pasión increíble por escribir, así como yo la tengo por la fotografía pero que busca más allá de lo establecido, y no teme decir lo piensa aunque su cabeza sea un mar profundo de pensamientos e ideas irracionales.
Amé la historia, de principio a fin. Y decidí tomar al "Sputnik", como parte de mi user. Tanto por el libro como por la parte de los cosmonautas rusos.
Esa idea de estar en el espacio en la nada y aún así admirarlo todo, siempre me ha fascinado, soy una ñoña que ama (ya no tan secretamente) la astronomía.
Y entonces, desde hace 5 años, soy "Miss Sputnik". O en ocasiones, simplemente soy "La Miss".
