La diferencia está en los bienes de valor agregado. Así es cómo México mantiene una balanza positiva con sus socios de la Alianza Pacífico: Colombia, Chile y Perú.
Brasil sufre una dura recesión y la agencia calificadora Standard & Poors le retiró el miércoles pasado el grado de inversión a raíz de la crisis política y el continuo deterioro de las cuentas fiscales. El PIB de Argentina lleva estancado cuatro años y el índice de inflación es, después del venezolano, el más alto de América Latina. Las economías más grandes de Sudamérica atraviesan dificultades, pero Colombia, Chile y Perú registran tasas de expansión por encima del promedio regional y sus indicadores macroeconómicos lucen sólidos.
En los últimos 10 años, el PIB per cápita de Colombia se triplicó, el de Perú incrementó 150% y el de Chile se duplicó. Las proyecciones para este año indican que, incluso con la desaceleración de los precios de materias primas, estos países crecerán.
Para México, la expansión de sus socios es buena noticia. Desde 2009, el país logró duplicar sus exportaciones a Chile y Colombia, y triplicar sus ventas a Perú. “El empresariado mexicano ha empezado a abrir los ojos y comienza a explotar los acuerdos comerciales que el país ha firmado en los últimos años”, dijo Hugo Palma Stephens, vicepresidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior (IMECE).
La pregunta clave es si con la desaceleración mundial México debe poner mayor atención a sus socios del sur.
Amor hacia el sur
En el comercio con Chile es donde se registran los mayores cambios. A partir de 1999, cuando México y Chile firmaron un Tratado de Libre Comercio (TLC), el intercambio tomó impulso de mil 127 millones de dólares (mdd) a tres mil 545 mdd el año pasado.
Si bien “el cobre había sido el principal rubro de exportación chileno, el aumento de la producción interna en México lo ha reemplazado en los últimos años”, dijo Cristián Contreras, director comercial de la oficina de ProChile en México, agencia de promoción de productos y servicios chilenos.
El año pasado, la producción de cobre en México ascendió a 515 mil toneladas, más del doble que el registrado en 2009. Chile, el principal productor de cobre con 31% del mercado internacional, redujo sus exportaciones a México de 841 mdd en 2010 a 127 mdd el año pasado.
Pero el balance fue compensado con el alza de otros sectores. El más notorio es de productos del mar, cuyas exportaciones se duplicaron entre 2009 y 2014. “Chile aumentó su oferta de alimentos y los mexicanos fueron cambiando sus hábitos de consumo e incluyeron en su dieta al salmón”, señaló Contreras.
Una tendencia similar ocurre con el vino. Según la Asociación Nacional de Distribuidores de Vinos y Licores (Andivil), en los últimos 10 años el consumo en México reportó un crecimiento de entre 8% y 10% anual. México es de los principales destinos del vino chileno en términos de volumen. En 2014 las ventas de vino totalizaron 32 millones de dólares.
El extra mexicano
Si bien Chile sostuvo sus exportaciones pese a la caída de los envíos de cobre, el saldo de la balanza comercial en 2010 fue acentuándose el superávit favorable a México, gracias al crecimiento de sus exportaciones de artículos de valor agregado como celulares, tractores, televisores y autos. Nissan, por ejemplo, inició en abril sus operaciones directas en Chile con autos importados desde México, como Versa, Sentra, March, Tiida y NP300 Frontier. “El TLC ha sido exitoso para ambos países. Pero no se puede comparar la exportación de un auto con la de una botella de vino. Esas diferencias de valores entre los bienes que exporta cada país es lo que está profundizando el saldo superavitario de México”, dijo Contreras.
Algo similar ocurre con Colombia, país con el que México suscribió un TLC en 1994. Mientras Colombia vende prendas de vestir, muebles armados y alimentos procesados, México exporta combustibles, varillas de construcción, manufacturas de plástico, automóviles y autopartes.
Desde 2007, rige un acuerdo de libre comercio entre los dos países en el sector automotriz. En ese rubro, México ha sacado rédito de la experiencia recogida en el acuerdo con América del Norte. De hecho, durante este año Colombia desplazó a China del quinto lugar entre los mayores destinos de exportaciones automotrices de México. Entre enero y julio, las exportaciones a Colombia ascendieron 6.5% con respecto del año pasado.
Con Perú, el crecimiento del comercio ha sido más armónico: tanto las importaciones como las exportaciones se triplicaron en los últimos cinco años. Las importaciones provenientes de Perú se concentran en gas natural, además de textiles, minerales y productos agrícolas, como la quinoa. México exporta al Perú tractores, vehículos y productos de consumo masivo y tecnológicos
El intercambio comercial de México con sus socios de la Alianza del Pacífico promete continuar su tendencia al alza, pero si se tiene en cuenta que en 2016 comenzará la baja arancelaria que pretende terminar con los impuestos en 13 años. No obstante, a corto plazo, el intercambio podría desacelerarse. “Posiblemente, el país que mantenga en los próximos dos años sus niveles de demanda sea Perú, un mercado nuevo que está absorbiendo productos. En cambio, el comercio con Colombia y Chile tendrá pequeñas caídas y recuperaciones, aunque sin el boom de crecimiento que exhibieron en años pasados”, señaló Palma Stephens,IMECE.
Esto no será problema para México. La composición de las exportaciones mexicanas colocan al país en una posición para incrementar su comercio con EU, explica Bank of America-Merrill Lynch. Hoy 85% de las exportaciones mexicanas es manufactura y 15% commodities. El menor porcentaje de commodities versus los países vecinos al sur. Por eso, añade Carlos Capistrán, economista en jefe para México de Bank of America-Merrill Lynch, “seremos la mejor economía de toda Latinoamérica”.
Con información de Bárbara Anderson.