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Martin Schulz, el sorpresivo contendiente por la corona de Merkel

El diputado del Parlamento Europeo se convirtió en la nueva cara de la política alemana, dándole una esperanza a la izquierda.

No sucede todos los días que un eurodiputado con barba se convierta en una estrella política con la posibilidad de dirigir el próximo gobierno de su país, y posiblemente, cambiar el destino de Europa.

Pero Martin Schulz hizo eso. En menos de tres semanas, el expresidente del Parlamento Europeo regresó a la política alemana, asumió el liderazgo del venerable Partido Socialdemócrata (SPD, por sus siglas en alemán), y compite con Angela Merkel por la cancillería.

Con las elecciones parlamentarias a ocho meses de distancia, el político de 61 años le dio al SPD un impulso ya que, aparentemente, lo imposible podría estar al alcance: derrotar a Merkel.

“Este es un cambio extremo. Le llegó emocionalmente a la gente”, dice el encuestador Torsten Scheider-Haase, de la agencia de investigación Emnid.

A primera vista, el veterano de Bruselas no parece ni nuevo ni revolucionario. Pasó más de dos décadas inmerso en los complejos compromisos de la Unión Europea (UE) e incluso consiguió el máximo galardón de la clase dirigente, el Premio Nobel de la Paz, a nombre de la UE.

Pero el a veces temperamental Schulz es un hombre que se hizo a sí mismo, un sobreviviente de reveses: la esperanza de su juventud, conseguir una carrera en el futbol profesional, se hizo trizas por una lesión que lo llevó al alcoholismo.

Él solo salió del abismo, abrió una librería y luego se convirtió en alcalde local. Compensó no tener título universitario con una lectura voraz. Sin embargo, aún se mantiene como una especie de persona ajena y por tanto una novedad entre la élite que adula los títulos académicos.

“Su ascenso de un entorno pobre a la cima es realmente atractiva”, dice Axel Schäfer, político del SPD.

Después de mantenerse en 20%, la clasificación del SPD subió a entre 30 y 31% desde que Schulz sustituyó a Sigmar Gabriel el mes pasado.

Las encuestadoras dicen que Schulz surgió en el momento adecuado, cuando Merkel, quien ocupa sus funciones desde hace mucho tiempo, es vulnerable por sus políticas de refugiados. Para muchos votantes, el partido de derecha Alternativa por Alemania (AfD) no es una opción. Pero un líder de la corriente principal más nuevo con un pasado poco convencional puede ser atractivo. Andreas Busch, profesor de política de la Universidad de Göttingen, dice: “Schulz coincide con la sensación de hartazgo con Merkel”. Genera entusiasmo en lugares poco probables.

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Casado, y con dos hijos adultos, Schulz nació en 1955 en un pueblo cerca de la frontera con Holanda y Bélgica, donde su padre fue policía y su madre ama de casa. Con parientes al otro lado de la frontera, Schulz desarrolló facilidad para los idiomas y más tarde aprendió inglés, francés, italiano y holandés.

Su carrera política comenzó en 1987 como alcalde del pueblo mercantil Würselen. En 1994 fue electo para el Parlamento Europeo, y ascendió para convertirse en su presidente. El extrovertido Schulz se sintió cada vez más cómodo bajo el foco de atención de la UE.

Pero algunas veces las pasiones de Schulz no sacan lo mejor de él, por ejemplo, durante los enfrentamientos iracundos en el Parlamento Europeo. Si bien esto puede pertenecer a la áspera política habitual en todas partes, a los alemanes les gusta que sus líderes tengan autocontrol. “No es una persona tranquila”, dice un asesor del SPD. “Pero lo sabe, y sabe lo que está en juego”.

En muchos países de la UE, una carrera en Bruselas podría ser fatal para las ambiciones políticas nacionales. Pero en Alemania, la UE aún es popular a pesar del ascenso del AfD. A Schulz, quien a menudo recibe el apodo de “Señor Europa” en los medios alemanes, no le avergüenza su función en la UE, dice: “lo veo como un cumplido que la gente le dé crédito a mi experiencia europea”.

Sin embargo, su historial en la UE es polémico. Los vínculos con Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea, lo expusieron a acusaciones de que protegió al ex primer ministro de Luxemburgo cuando estaba bajo la presión de los acuerdos de impuestos corporativos.

En un desafío directo al liderazgo de la eurozona comandado por la austeridad de Merkel, Schulz instó una flexibilidad financiera para los países vulnerables, entre ellos Grecia. Los aliados de Merkel lo acusan de tener una política económica “antialemana”.

En cuanto a la política interna, Schulz se encuentra muy lejos de las generalizaciones, dice que su objetivo es la “justicia social”. Esto tal vez no sea suficiente. Schneider-Haase advierte que la elección se va a pelear en el ámbito de la seguridad. “Un terreno tradicionalmente conservador”.

Schulz no es la primera sorpresa. En 1994, Rudolf Scharping en forma inesperada ascendió para estar por encima del canciller Helmut Kohl en las encuestas de opinión, pero perdió la elección. Cuatro años después, Gerhard Schröder, uno de los rivales de Scharping en 1994, finalmente derrotó a Kohl.

Las encuestadoras dicen que es imposible decir si Schulz seguirá el precedente de Scharping o de Schröeder. Pero una elección que alguna vez se consideró ya decidida volvió a la vida.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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