A diferencia de muchos de la izquierda estadounidense, siempre he sido escéptica de que las tasas de interés ultrabajas faciliten las cosas a los pobres. Mantener las tasas demasiado bajas durante mucho |tiempo fomenta la especulación y las burbujas de deuda. Cuando estallan, siempre perjudican a los de bajos ingresos, como fuimos testigos durante la crisis financiera de 2008.
Y sin embargo, los progresistas argumentan desde hace años que esa política monetaria laxa y las bajas tasas de interés son necesarios para promover el empleo, especialmente en el extremo inferior de la escala socioeconómica.
Este no es el caso. Si bien el dinero fácil tal vez ayudó a crear un poco de presión salarial en los trabajos de servicio de bajo nivel, el desempleo siguió cayendo en los últimos años a pesar de que la Reserva Federal (Fed) comenzó a elevar las tasas de los niveles ultrabajos a niveles que siguen siendo bajos.
Mientras tanto, la investigación académica demuestra que la tendencia de las tasas de interés bajas a alimentar las burbujas del mercado es una razón clave detrás de la desigualdad, ya que hacen más ricos a los que tienen muchos activos, mientras que en realidad no alimentan el consumo ni la demanda. En Estados Unidos, 10% más rico de la población posee 84% de los valores. Solo hay una cantidad determinada de casas, coches y pares de jeans que esta gente puede comprar.
La mayoría de la gente vive con sus sueldos. Y a pesar de que se dio un poco de crecimiento salarial durante los últimos seis meses, los ingresos sobre una base de inflación ajustada todavía se encuentran por debajo del lugar donde se encontraban en 2019, dice Karen Petrou, socia gerente de Federal Financial Analytics.
“Esta es la creencia: las tasas ultrabajas promueven el empleo”, dice. “Pero no lo hacen”. La mayoría de la gente trabaja para ganar dinero, y si bien los banqueros centrales pueden generar inflación de activos, no pueden crear buenos empleos de clase media. Solo las empresas, con la ayuda de incentivos políticos adecuados pueden hacerlo. Wall Street no es la economía de la mayoría de la gente.
Aún así, la fantasía de que las tasas de interés bajas de alguna manera crean un crecimiento real es difícil de eliminar. Seamos testigos del nuevo impulso progresista para deshacerse del presidente de la Fed, Jay Powell, quien expresó su preocupación por que la inflación sea más persistente de lo que se pensaba. Por supuesto, eso podría indicar la necesidad de una reducción más rápida de la compra de bonos del banco central y/o aumentos más rápidos de las tasas de interés.
Los mercados financieros nunca quieren escuchar eso, por supuesto. Pero tampoco la izquierda política. Elizabeth Warren, la senadora de Massachusetts, calificó a Powell como un “hombre peligroso” por sus esfuerzos por revertir algunas regulaciones financieras después de la crisis de 2008. Otro demócrata, el jefe del comité bancario del Senado, Sherrod Brown, señaló acertadamente la naturaleza muy desigual de la recuperación, pero también criticó a Jay Powell por decir que la prueba del pleno empleo “prácticamente se cumplió”, y dijo que “la Fed no puede dar marcha atrás cada vez que los trabajadores obtienen un poquito de poder para exigir salarios más altos”.
Por un lado, simpatizo con esta sensación. Con los precios de las acciones que todavía se encuentran cerca de máximos históricos y los precios de las viviendas en EU que suben casi 20% anual, no es de extrañar que los pequeños inversionistas estén desesperados por su pedazo del pastel. El crecimiento de los ingresos no te permitirá comprar una casa.
Me preocupa el aumento de la especulación de pequeños inversionistas en aplicaciones como Robinhood. También me preocupa que los inversores con menos activos líquidos sean los que asuman algunos de los mayores riesgos.
Consideremos una encuesta reciente de Harris en la que se muestra que 15% de los estadounidenses de origen latino y 25% de los afroamericanos señalan que han comprado tokens no fungibles (NFT), en comparación con apenas 8% de los estadounidenses blancos.
El verdadero problema aquí es que dejamos que sea demasiado tarde para normalizar la política monetaria y crear una economía más equilibrada que no se trate solo de generar burbujas de activos.
Pero simplemente limpiar la política de ética en la Fed o asegurarnos de que no aflojamos la regulación bancaria no llevará a la economía estadounidense a donde debe estar. Todos debemos renunciar a la idea de que las bajas tasas de interés por sí solas generarán buenos empleos y un aumento de los ingresos. Deberíamos reducir más rápido y avanzar de manera lenta, pero segura con la normalización de la política monetaria.
Muchos argumentan en contra de hacer esto, particularmente a medida que avanzamos a lo que puede ser un invierno largo y frío en el que el aumento de los precios del combustible afectará duramente a las personas de bajos ingresos. Sin embargo, como señala Petrou, muchos de ellos ya están pagando tasas de interés de dos dígitos con las tarjetas de crédito.
Mientras tanto, una tasa de interés real mínima, pero positiva permitiría a los pequeños ahorradores comenzar a construir un colchón. Ese es un objetivo que vale la pena sin importar cuál sea su política.
gaf