Roger Alves tiene una predicción preocupante para Donald Trump.
Su pequeña empresa, Scosche Industries, una compañía de productos electrónicos de consumo con sede en el sur de California en la costa del Pacífico al norte de Malibú, resultó afectada por las sucesivas rondas de aranceles desde el verano pasado, algo que lo obligó a despedir trabajadores y frenar nuevas inversiones. Ya pagó más de 2 millones de dólares (mdd) en aranceles.
Para Alves, quien tiene 68 años y fundó la compañía junto con su esposa Scotia hace casi 40 años, solamente hay una conclusión lógica que se puede sacar de la trayectoria de la economía de EU y la Casa Blanca.
“Trump va a tener su muro, y no es el muro que él pretende: es el muro del gasto del consumidor”, dijo Alves. “No me sorprendería si llegamos a ver una recesión el próximo año, va a ser un mundo totalmente nuevo”.
El pequeño empresario reaccionaba a las fricciones comerciales con China, que se intensificaron en las últimas semanas después de que las conversaciones entre Washington y Pekín se rompieron bruscamente. Los nuevos impuestos de ambas partes entrarán en vigor el sábado.
Sus comentarios ni siquiera tomaron en cuenta la siguiente medida disruptiva de Trump en el comercio global, que anunció la noche del jueves: el presidente amenazó con usar sus poderes de emergencia para imponer un arancel de 5 por ciento en todas las importaciones procedentes de México a partir del 10 de junio, las cuales aumentarán a 25 por ciento en octubre si México no frena la inmigración.
La postura cada vez más agresiva de Trump hacia México y China, los dos socios comerciales más grandes de Estados Unidos, se alimenta por un crecimiento inesperadamente fuerte. En el primer trimestre del año, la producción de EU aumentó a una tasa anualizada de 3.1 por ciento, algo que desafió las predicciones anteriores de una desaceleración económica.
Pero tal vez esa desaceleración simplemente se aplazó, ya que los datos económicos de las últimas semanas proporcionan nuevas pruebas de una desaceleración en el impulso. Se proyecta que el crecimiento en el segundo trimestre llegue a ser de alrededor de 1.3 por ciento, de acuerdo con el seguimiento del PIB que produjo la Junta de la Reserva Federal de Atlanta, menos de la mitad de la tasa a principios de año.
Los datos que se publicaron la semana pasada sobre los pedidos de bienes duraderos y los planes de los gerentes de compras del sector de fabricación muestran una debilidad significativa, lo que aumenta el interés en el informe mensual de empleos de la próxima semana y sugiere que tal vez ahora sea el momento en el que las guerras comerciales realmente comiencen a pegar.
Richard Clarida, vicepresidente de la Reserva Federal, destacó esta semana que el banco central podría recortar las tasas si la perspectiva empeora. Este es un marcado contraste con la postura de la Fed en diciembre, cuando todavía indicaba su intención de buscar un endurecimiento monetario gradual.
Mientras tanto, los economistas ya publicaron estudios que muestran hasta qué punto las guerras comerciales ocasionaron daños a la economía de Estados Unidos, una erosión que se verá exacerbada por los últimos aranceles.
Mary Amiti, de la Reserva Federal de Nueva York; Stephen Redding, de la Universidad de Princeton y David Weinstein de la Universidad de Columbia estiman que los aranceles de importación de Trump ya le costaron a los consumidores y empresas estadunidenses 3 mil millones de dólares directamente y otros mil 400 millones de dólares en pérdidas de eficiencia.
“Estimamos que el efecto combinado de los aranceles de entrada y salida aumentaron el precio promedio del sector de fabricación en EU en un punto porcentual”, dijeron.
Una parte de información alentadora que se publicó esta semana fue el índice de confianza del consumidor del Conference Board, que mostró un aumento a un máximo de seis meses en mayo. Sin embargo, muchos ejecutivos están nerviosos.
Julian Goldstein, director ejecutivo de Navitar, una compañía de equipos ópticos con sede en Rochester, Nueva York, que realiza una gran de exportaciones a China, aseguró que le preocupaba perder un mercado por el que trabajó duro para conquistar.
“Miramos a 2008 y vimos que fue la crisis hipotecaria la que causó que la economía se reventara. Vamos a mirar 2019 y vamos a decir que fueron las guerras comerciales de Trump las que causaron que esta economía se reventara”, agregó Goldstein.
Las empresas se apresuran para poner al día sus planes y adaptarse. Navitar escribió a sus clientes chinos este mes ofreciendo un crédito de 15 por ciento, que podría compensar los impuestos más altos. Otros dicen que los aranceles son un incentivo para cambiar las cadenas de suministro fuera de China.
“Nos está costando mucho dinero y vamos lo más rápido posible para instalarnos en Vietnam”, dijo Alves. Algunas empresas trasladaron la producción y el abastecimiento de China a México, pero debido al anuncio que hizo Trump el jueves sobre nuevos aranceles a productos de México, esos planes podrían congelarse repentinamente.
No es de extrañar que el último anuncio provocó una fuerte reprimenda por parte de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
“Imponer los aranceles a los productos de México es exactamente el movimiento equivocado”, dijo Neil Bradley, su director de política. “Estos aranceles los van a pagar las familias y empresas estadunidenses y no van a hacer nada para resolver los problemas migratorios en la frontera”.
Recesión
Los empresarios están a la espera de que se presente una recesión en su país derivada de la guerra comercial de Trump, pues aseguran que principalmente los pequeños ya empezaron a pagar por la imposición de aranceles.
Proyecciones
Especialistas proyectan que el crecimiento de Estados Unidos para el segundo trimestre del año sea de alrededor de 1.3 por ciento, lo que se califica como una desaceleración en su economía.
Tasas de interés
Las estimaciones que el Banco Central estadunidense tiene para las tasas de interés indican que de empeorar la perspectiva de crecimiento económico, éstas tendrán que ser recortadas.
Costo
Algunas cifras desarrolladas por especialistas indican que la imposición de aranceles a las importaciones por parte de Donald Trump ya costaron a los estadunidenses 3 mil millones de dólares de forma directa y mil 400 se calculan en pérdidas de eficiencia.