Marco Mejía, de 36 años de edad, originario de Morelos, llegó a Guerrero cuando tenía cuatro años. Tras acabar la primaria decidió ya no estudiar, porque la secundaria quedaba lejos, como a una hora de camino.
“Yo le dije a mi mamá: ya no más, hasta aquí llego, y ya no estudie”. Después de casarse migró a California en dos ocasiones, por periodos de dos y cuatro años; en la primera ocasión se dedicó a la cosecha de uva, granada y pistache en California. En Los Ángeles estuvo cuatro años. “Uno se va para aquel lado porque no había trabajo acá”.
La familia de Marco, esposa y tres hijos, vive en La Fundición, un poblado de no más de 300 habitantes en el municipio de Cocula, pero cuando inició el proyecto de Minera Media Luna, hace cinco años, Marco decidió dejar los campos en Estados Unidos para ocuparse en la mina guerrerense.
La principal motivación para dejar de trabajar en Estados Unidos es la recompensa de estar con su familia. Ya no me quiero ir para allá, porque estoy con mi familia aquí, allá está uno solo, en el campo trabajaba de siete a siete”; ahora se ocupa como ayudante general en los campamentos de los trabajadores de la mina.
Si bien reconoce que se tenía un problema de inseguridad en La Fundición, ahora tienen la confianza de llegar a trabajar a la mina.
Torex Gold invirtió 40 millones de dólares para construir 169 casas en Nueva Fundición, en Limón-Guajes, las cuales fueron entregadas sin costo a la población el pasado 28 de abril.
