¿Cómo imaginaron llegar a sus 70 años?
Creo que nadie nos lo imaginábamos. Pero afortunadamente se han venido dando las cosas. Esto es una responsabilidad para todos los que estamos en la empresa. Pensando en qué viene para Bimbo, te diría que apenas estamos en el proceso de definir nuestra misión. Nosotros definimos nuestra nueva visión cada cinco años y en 2015 estamos soñando, imaginando lo que será el 2020. Lo que te puedo decir es que estamos muy conscientes de que el entorno está cambiando.
El entorno cambia, el cambio climático es uno de esos cambios. Acaba de terminar la COP 21 en París, es importante hablar de Bimbo, una empresa disruptiva y creativa a la hora de involucrarse con el medio ambiente. ¿Por qué han hecho este esfuerzo?
Soy un ferviente creyente de que podemos hacer cosas -a personas y a familias- como empresas y como sociedades, y en lo que nos propongamos. Desde hace muchos años en Bimbo “nos cayó el 20” de que se podían hacer cosas hacia dentro de la empresa para ser más eficientes, y también hacia fuera, para poner nuestro granito de arena. Siempre he tenido el corazón verde y me gusta salir a las montañas y tratar de tener la capacidad de hacer cosas en distintos frentes. Digamos que hemos encontrado oportunidades rentables de economizar energía.
No solamente de corazón verde, también de cartera verde, y sin reclamar al gobierno. ¿Correcto?
Una cosa va con la otra. En ese sentido fue nuestro llamado a las empresas, a los empresarios y a las sociedades a unir voluntades. Y no, no reclamando al gobierno, porque a veces creo que estamos pensando que todo tiene que venir del gobierno, o de cambios que se hagan en otros lados, y no nos atrevemos a dar los primeros pasos nosotros. Esa fue nuestra actitud.
Ustedes han sido muy innovadores en la parte de eficiencia energética. ¿Qué más se puede hacer al respecto?
Nosotros ya convertimos a 85% de electricidad renovable en todo México, y los demás países van encaminados en esta misma dirección. Hoy tomamos un paso adicional y tenemos más de 250 vehículos que se mueven por el viento, porque nuestra granja eólica está conectada a estos centros de ventas y echamos andar un pequeño negocio de camionetas de reparto. Se llama Moldex y pues es una aventura. El negocio fuerte es Bimbo, aunque se han vendido algunos vehículos. Vamos a ver a dónde nos lleva.