Darle un tratamiento como economía de mercado a China no sería ni justo ni benéfico para la industria siderúrgica del país en términos de leyes "antidumping", consideraron la Asociación de Productores de Acero de Canadá, Canacero, Asociación de Fabricantes de Acero y el Comité sobre Importaciones de Productos Tubulares.
Mediante un comunicado conjunto, las tres asociaciones anunciaron los resultados de un estudio que mandaron hacer para conocer el impacto de las exportaciones de acero de China hacia la región de Norteamérica.
El estudio arrojó que China es una economía que se está reformando, no una economía de mercado, y actualmente representa casi la mitad de la producción mundial de acero.
Lo que causaría es que la industria siderúrgica de la región del TLCAN disminuya sus egresos en 31.5 mil millones de dólares y ocasionaría una disminución en las economías del TLCAN de 68.5 a 43.5 mil millones de dólares.
Además de una pérdida de entre 400 mil a 600 mil empleos en Norteamérica, y la pérdida en un futuro próximo de hasta 60 mil empleos con altos estándares y bien pagado.
Según el estudio en referencia, se originaría que las leyes "antidumping" fueran menos efectivas para remediar el impacto del comercio desleal, ya que los márgenes de "dumping" tenderían a cero.
“China sigue siendo una economía regida por el Estado y no opera a los principios de mercado; aún así argumenta que debería de ser tratada como una economía de mercado, ya que cumple en diciembre del 2016.
“Este estudio encontró que otorgar el estatus de economía de mercado a China es prematuro y llevaría a una significativa pérdida de empleos en el sector siderúrgico, en el cual las plantas están siendo paralizadas y los trabajos están disminuyendo”, indicaron las asociaciones.
Asimismo, el estudio determinó que la competitividad de China en el mercado del acero es artificial, dado que “la creación de políticas industriales orientadas hacia el acero han causado que incrementen su capacidad, su producción y su exportación del 2002 al 2004”.
El estudio comprende tres análisis económicos realizados por economistas pertenecientes a Capital Trade Incorporated en Washington, D.C, al Centre for Spatial Economics en Ontario, Canadá y al IMCO en México.
Las asociaciones de acero patrocinaron el estudio y fijaron su postura luego de conocer los resultados del mismo.