El papa Francisco llegó a Marruecos para una breve visita centrada en el diálogo con el islam y en el problema de la migración, dos prioridades de su pontificado, un día antes de reunirse con la pequeña comunidad católica del reino.
El avión papal aterrizó en Rabat; el rey de Marruecos, Mohamed VI, recibió al Papa con dátiles y leche de almendra, como marca la tradición.
De acuerdo con las autoridades marroquíes, la visita estará dedicada a desarrollar "el diálogo interreligioso".
El jefe espiritual de unos mil 300 millones de católicos fue invitado por el rey de Marruecos, Mohamed VI, "comandante de los creyentes".
Se trata de una cuestión prioritaria para el Papa argentino, en un momento en que la atención se centra en los escándalos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica.
Para recibir al pontífice en Rabat, capital de un país 99 por ciento musulmán, se pintaron edificios, se pavimentaron calles, se arreglaron jardines y se reforzaron las fuerzas de seguridad.
Después, los dos realizarán un cortejo a una gran explanada de Rabat, en la que se espera que se reúnan unas 25 mil personas para escuchar los discursos de ambos mandatarios, que se retransmitirá en pantallas gigantes.
AA