Al menos 125 personas murieron y unas 200 resultaron heridas ayer en un atentado suicida en Bagdad reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), el peor ataque en la capital iraquí en lo que va del año.
La explosión tuvo lugar alrededor de la 01:00 hora local de ayer (22:00 hora GMT del sábado) frente a la conocida tienda de helados Yabar Abu al Sharbat, en el distrito de Al Karrada, donde la población es mayoritariamente chiita.
Esta heladería es la más popular y antigua de la capital iraquí y estaba muy concurrida de madrugada debido a que durante la calebración religiosa del Ramadán, y más en verano, es habitual prolongar las noches en la calle a la espera del suhur (última comida antes del amanecer).
El gobierno decretó tres días de duelo nacional y anunció que se endurecerán las medidas de seguridad, en medio de las críticas por la falta de actuación.
El primer ministro, Haider al Abadi, se desplazó al lugar del atentado y prometió "castigar" a los responsables, pero los bagdadíes están furiosos por la incapacidad del gobierno de impedir este tipo de ataques.
La población de Al Karrada recibió muy enfadada la visita del jefe del gobierno, al que culpan de no proteger a los civiles de las acciones de los extremistas. Decenas de ciudadanos lanzaron piedras y zapatos al convoy de Al Abadi e increparon al responsable al grito de "vete".
Al Abadi afirmó que terroristas "después de haber sido aplastados en los campos de batalla cometen ataques con explosivos en un intento desesperado".
El primer ministro prometió castigar a "las bandas terroristas que perpetraron el atentado" y mostró su confianza en que "la victoria está muy cerca", indicó su oficina de información en un comunicado.
Una de las nuevas medidas anunciadas es el retiro de detectores de explosivos que han probado ser ineficaces. Un video que circula en las redes sociales muestra a hombres lanzando piedras contra un convoy que parece ser el de Al Abadi.
La deflagración causó daños importantes. Varios inmuebles y comercios fueron arrasados por las llamas, en incendios que seguían activos doce horas después del atentado. Un miembro de las unidades de Protección Civil explicó que la identificación de las víctimas "va a tomar varios días".
Husein Ali, un ex soldado de 24 años, dijo que seis personas que trabajaban en la tienda de su familia murieron y que sus cuerpo quedaron tan calcinados que no han podido ser identificados.
"Voy a volver al frente de batalla. Al menos ahí puedo luchar. Aquí no sé con qué me enfrento", dijo el joven a la agencia AFP.
El EI reivindicó el ataque, afirmando que uno de sus combatientes había hecho estallar un coche bomba cerca de una reunión de musulmanes chiitas, según el centro de seguimiento de grupos yihadistas SITE.
En esta ocasión, el EI —sunita ultrarradical— asumió la autoría en un comunicado firmado por Wilayat Bagdad (Provincia de Bagdad) y difundido en las redes sociales, en el que aseguró que el objetivo eran los chiitas.
"En el contexto de las permanentes operaciones de seguridad de los soldados del califato en la ciudad de Bagdad, el hermano muyahidín (guerrero santo) Abu Maha al Iraqui logró hacer estallar su coche bomba en una concentración de renegados (chiitas)", dice la nota.
El grupo terrorista advirtió de que "con el permiso de Dios proseguirán los ataques de los muyahidines contra los renegados".
El atentado se produce una semana después de que el EI perdiera la ciudad de Faluya ante el ejército iraquí apoyado por la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
