Una serie de pistas que no se tomaron en cuenta, sumado al engaño de un hombre hacia los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), habrían impedido detener un tiroteo que dejó a tres personas muertas, incluyendo el autor del ataque.
En un reportaje de NBC News, se tuvo acceso exclusivo a un informe que reveló cómo William Atchison engañó a los agentes del FBI cuando llegaron a su casa, tras publicaciones amenazantes que dejó en internet.
Atchison, quien tenía 21 años, afirmó en las plataformas que estaba “planeando (un) tiroteo masivo” y estaba tratando de tener “armas que sean buenas para matar a mucha gente”.
El hombre llegó a decir a los oficiales que “no soy del tipo que realmente hace nada de esto”, según una grabación de la entrevista realizada el 24 de marzo de 2016, obtenida por la cadena estadunidense.
Sin embargo, aún negando rotundamente hacerlo y sabiendo que incluso las autoridades lo podían seguir por su historial en internet, el hombre realizó un tiroteo tras ingresar a su antigua escuela secundaria en Aztec, Nuevo México.
La situación se registró el 7 de diciembre de 2017, donde se reveló que utilizó una pistola semiautomática comprada legalmente para matar a Casey Márquez, una animadora que entrenaba gimnasia, y a Francisco “Paco” Fernández, jugador de fútbol, para luego suicidarse al instante en que llegaban las autoridades, en uno de los 50 tiroteos registrados ese año.
El medio analizó los informes judiciales, los cuales revelaron una serie de aristas fallidas por parte del FBI y las autoridades académicas estadunidenses ante un crimen que fue considerado como racismo y xenófobo.
“Este es otro ejemplo más de falla del sistema. No existe un estándar nacional unificado que todos sigan en términos de cómo realizar estas evaluaciones de amenazas y cómo unir esos puntos”, dijo al medio estadunidense James Densley, un experto en tiroteos masivos que cofundó The Violence Project .
A nivel escolar, no se alertó la suspensión que le hicieron en 2012, cuando describió cronológicamente en un pizarrón la masacre ocurrida en la secundaria Columbine, en Colorado.
El FBI tampoco notificó a las autoridades académicas de las publicaciones en internet, así como tampoco dijeron que durante el interrogatorio afirmó su interés por los asesinatos en masa, así como sus relatos con fantasía violenta, donde sostenía el hecho de suicidarse.
El caso se cerró, sin que tampoco se confirmara si el hombre estaba vinculado con un sujeto de 18 años, el cual mató a nueve personas en Munich, Alemania.
“Hubo muchas, muchas banderas rojas. Hay mucho por lo que responsabilizarse de la escuela, el Departamento de Policía de Aztec, el FBI, el tirador mismo, su familia. Todos tienen la culpa, todos ellos”, afirmó Jamie Lattin, quien su hija es Casey, a la cadena estadunidense.
El mismo medio afirma que ningunas de las autoridades se refirieron al hecho, aún cuando el FBI fue considerado inmune por juez, pese al reclamo de los padres que consideraron negligencia por parte de los agentes.
“Le echo mucha culpa al sistema escolar, porque estaba siendo intimidado y no hicieron nada al respecto. En cambio, toleraron”, dijo el padre del autor del tiroteo, Wayne Atchison, quien se reveló que fue el que acompañó a comprar el arma una tienda de artículos deportivos días antes del ataque.
Entre los demás detalles, están también las conversaciones que tuvieron los agentes con el atacante, quien incluso sostuvo la posibilidad de que lo agregaran a una lista para vigilarlos, descartándose de poder realizar el hecho violento, pese a que no hay ningún documento que considere a personas con riesgo a realizar tiroteos.
“Según las entrevistas realizadas con el sujeto y los miembros de la familia del sujeto, el [FBI] no ve una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos”, reveló el informe, que además consideró que el hombre dijo que sus frases se relacionaban a videojuegos y bromas a otras personas.
La narración sobre la situación sostuvo que "como tal, el (FBI) no ve una amenaza inmediata para las escuelas o el público en Aztec, Nuevo México o las áreas circundantes".
Los informes sostienen que no es la primera vez que el FBI interroga a una persona con riesgo de cometer tiroteos, la misma agencia federal estadunidense, según la cadena, sostuvo incluso que en 2020 habló con un hombre que el año pasado asesinó a ocho personas en unas instalaciones de FedEx, en Indianápolis.