La Comisión Interamericana de Derechos Humanos expresó su "profundo repudio" por la "escalada de violencia política" en Venezuela, en una declaración rechazada casi de inmediato por la representación venezolana ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, instancia a la que está adscrita la CIDH.
En su nota, la Comisión condenó el asesinato del líder opositor Luis Manuel Díaz, por lo que pidió al gobierno del presidente Nicolás Maduro "tomar medidas contundentes para investigar, procesar y sancionar" a los responsables por el crimen.
Díaz, titular de Acción Democrática (AD) en Altagracia de Orituco (estado Guárico, centro), fue baleado la noche del pasado miércoles en una tarima durante un acto de campaña al que asistía Lilian Tintori, esposa del líder opositor preso Leopoldo López, todos ellos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la coalición de centro-derecha que aspira a vencer al oficialismo en las legislativas del próximo domingo.
La CIDH también pidió a Caracas "garantizar un clima de libertad y seguridad para quienes participan en actos políticos como parte de su derecho a vivir en una democracia respetuosa del estado de derecho".
De inmediato, la misión permanente de Venezuela ante la OEA emitió un comunicado en el que "rechaza categóricamente" la nota de la CIDH por considerar que "prejuzga de manera irresponsable y tendenciosa un hecho que está en proceso de investigación", ya que no se pidió información al Estado venezolano y solo se apoyó en "información parcializada emanada de medios de comunicación y redes sociales.
"No es cierto que en Venezuela exista una 'escalada de violencia política' y que no se garantice 'el derecho de asociación y libertad de expresión de todos los sectores políticos' en un clima 'libre de violencia y hostigamiento'", afirmó la misión diplomática ante la OEA.
Venezuela ocupa la presidencia rotativa del Consejo Permanente de la OEA, cuando el gobierno de Caracas y el titular de la entidad continental, el ex canciller uruguayo Luis Almagro, parecen haber entrado en franca ruta de colisión.
El gobierno venezolano y Almagro sostienen desde hace varias semanas un amargo cruce de declaraciones y cartas abiertas, que se inició luego de que Caracas rechazó una oferta de la OEA de enviar una misión de observación electoral a los comicios del día 6.
En ese intercambio, Almagro (quien tuvo el apoyo de Venezuela para llegar al cargo) consideró que el asesinato de líderes políticos era una "herida de muerte a la democracia". En respuesta, el presidente Maduro lo calificó en un discurso público como "una basura".
Mientras, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero llegó ayer a Caracas para participar como acompañante del proceso electoral junto al ex presidente de Panamá Martín Torrijos y el senador colombiano Horacio Serpa. Zapatero confi{o en que se den unas "elecciones libres", según "es el deseo, que yo creo que tienen todos los venezolanos y toda la comunidad internacional".
Rajoy y Cameron piden "elecciones libres"
Los jefes de España, Mariano Rajoy, y Reino Unido, David Cameron, pidieron "elecciones libres, transparentes y en paz" en Venezuela y llamaron a los demócratas a unirse ante los comicios del domingo.
También el ex presidente español Felipe González, el de Chile Ricardo Lagos y el titular del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, firmaron el texto publicado en los principales diarios europeos.
Los líderes exigen "la liberación inmediata de todos los detenidos arbitrariamente", entre ellos el líder opositor Leopoldo López. Su esposa, Lilian Tintori, se encontraba el miércoles pasado en un mitin electoral cuando fue baleado otro líder opositor, Luis Díaz.
La Fiscalía de Venezuela anunció ayer que serán imputados tres hombres, detenidos tras el mitin, por el crimen de Díaz, mientras que Tintori responsabilizó directamente a "Nicolás Maduro de lo que pueda pasarle a mi familia, a Leopoldo, a mis hijos".