Pese a que el ánimo celebratorio de la administración Trump por los supuestos logros de sus primeros 100 días en el poder fue desinflado por la caída anualizada del 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos en el primer trimestre, su gabinete lo arropó con elogios durante la reunión realizada este miércoles y los demócratas en cambio, aumentaron sus críticas
Por eso su campaña de culpar a los demócratas por la caída del PIB encontró eco en la reunión de su gabinete en la Casa Blanca, donde se salpicó el nombre de Joe Biden en más de 50 ocasiones y cada uno de los secretarios de su gobierno se desbordó en comentarios empalagosos sobre los avances en los primeros 100 días de la segunda era Trump.
“Pienso que ésta podría ser la mejor administración desde la fundación del país”, proclamó Elon Musk. “Sus primeros 100 días han superado con creces los de cualquier otra presidencia en este país”, coincidió la procuradora Pam Bondi.
Pero el tsunami de lisonjas no fue compartido por los demócratas. Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro bajo Bill Clinton y Jefe del Consejo Nacional Económico bajo Barack Obama, culpó a las políticas de Trump por el deterioro del panorama para la economía estadounidense.
"Estos probablemente han sido los primeros cien días de una de las presidencias menos exitosas en materia económica en el último siglo. Hemos visto caer la bolsa, bajar el dólar, subir las previsiones de desempleo, subir las previsiones de inflación, subir las previsiones sobre las probabilidades de una recesión", sostuvo en la plataforma X. "Así que estos han sido cien días desastrosos".
El congresista demócrata de Pensilvania, Brendan F. Boyle, miembro de mayor rango del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, ironizó. "Donald Trump ha hecho algo verdaderamente notable: en tan solo 100 días, ha llevado una economía fuerte a una recesión. Este informe del PIB acaba con el mito de que se puede confiar en él en cuanto a la economía... Sus aranceles imprudentes han provocado una guerra comercial, y la clase media estadounidense está pagando las consecuencias".
Los economistas atribuyen el descenso del PIB a un inusual incremento de las importaciones, conforme muchas empresas adelantaron sus importaciones para blindarse ante la inminente entrada en vigor de los aranceles de Trump. Otros indicadores clave, como el gasto del consumidor, continúan a la alza, en especial en la compra de automóviles nuevos.