Internacional

El único museo del aborto del mundo defiende desde hace 22 años la libertad reproductiva

La principal misión de este museo es explicar la lucha por el control de la fertilidad a través de la historia.

El único museo del mundo dedicado a la anticoncepción y el aborto sigue educando desde Viena, más de dos décadas tras su apertura, sobre la importancia de controlar la fertilidad, recordando un pasado en el que las mujeres arriesgaban sus vidas usando agujas de tejer o productos tóxicos para interrumpir los embarazos.

Mientras muchos países siguen debatiendo sobre el derecho reproductivo de las mujeres, Christian Fiala, el ginecólogo que abrió en 2003 el llamado Museo de la Anticoncepción y el Aborto (MUVS, en sus siglas en alemán), explica la importancia de mantener la memoria histórica y ofrecer perspectivas a la nuevas generaciones.

La principal misión del MUVS es explicar la lucha por el control de la fertilidad y cómo los humanos aprendieron a limitarla para no tener entre 12 y 15 hijos, que cada mujer podría tener de media si no se pusieran medios anticonceptivos.

Protegerse de la naturaleza

“Esto ayuda a que las personas comprendan que la naturaleza no es amable, sino bastante brutal. Y así los jóvenes entienden que deben protegerse de la naturaleza, como cuando caminan bajo la lluvia y no quieren mojarse; necesitan un impermeable artificial, porque no existe protección natural contra la lluvia”, señaló Fiala en una entrevista con EFE con motivo del Día de Acción Global por el aborto Legal, Seguro y Accesible,

El museo colabora con escuelas y universidades, recibiendo entre 20 y 30 grupos de alumnos al mes, en un recorrido que los lleva “desde el pasado hasta la actualidad”, siempre con el objetivo de incidir en esa percepción, ese conocimiento de fondo, “para estar en posición de actuar y decidir” por uno mismo.

Sigmund Freud, el padre vienés del psicoanálisis, afirmó en 1898 que “uno de los mayores triunfos de la humanidad sería separar la sexualidad y la reproducción”.

Sin embargo, más de un siglo después, en muchos lugares del mundo se sigue cuestionando el derecho de la mujer a decidir sobre su propia reproducción.

El ginecólogo, que trabaja activamente en la prevención y tratamiento de embarazos no deseados en Viena y en Salzburgo, empezó en 1988 su primer año de trabajo clínico en Tailandia, donde vio de cerca las consecuencias del aborto ilegal mediante métodos inseguros.

Fiala es especialmente crítico con el papel jugado por la Iglesia católica, las monarquías y las dictaduras que durante siglos han impuestos restricciones a la anticoncepción y al aborto, por razones morales o simplemente para aumentar la población.

Colonialismo y aborto

El fundador del MUVS destaca la influencia que tuvieron potencias coloniales como España y el Reino Unido en América Latina, África y Asia, donde el aborto sigue penalizado en muchos países, incluso en el caso de violaciones e incesto, lo que obliga cada año a millones de mujeres a interrumpir embarazos no deseados de forma clandestina.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en noviembre de 2021, cada año se provocan cerca de 73 millones de abortos en todo el mundo.

Cerca del 45 por ciento de estas interrupciones del embarazo se realizan en condiciones peligrosas, casi siempre (97 por ciento) en países en desarrollo.

El ginecólogo Christian Fiala inauguró el llamado Museo de la Anticoncepción y el Aborto
El ginecólogo Christian Fiala inauguró el llamado Museo de la Anticoncepción y el Aborto. (EFE)

Del mismo modo, la OMS asegura que el aborto es la principal causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años en el mundo.

Por ello, en abril pasado publicó una directriz sobre la prevención de los embarazos en la adolescencia, que reclama la urgente actuación para poner fin al matrimonio infantil y la ampliación de la escolarización de las niñas, entre otras medidas.

Un asunto de democracia

“Lo que esos países necesitan hacer es darse cuenta de que están aplicando una ley que no es propia y deben liberarse de esa relación de subordinación”, expresó el médico, que considera que los países europeos deberían reconocer su responsabilidad y ayudar a que se garantice la seguridad de las mujeres en todo el mundo.

En Europa, si bien el avance hacia la libertad reproductiva está “mejor que nunca”, para Fiala aún no ha terminado, ya que en su opinión, “la vida sexual y la decisión de tener hijos o no, debería competer únicamente a las mujeres”, y no al gobierno, ya que, en esencia, “de eso se trata la democracia”.

Pese a que la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE) no incluye el aborto como un derecho fundamental, el Parlamento Europeo votó en 2024 una resolución no vinculante para incluirlo.

“El debate sobre el aborto y la anticoncepción es un debate sobre el poder: quién decide, si el individuo, la mujer o el hombre, el papa o el Gobierno. Es un debate básico sobre quién tiene la autoridad para decidir”, concluye Fiala.

LP

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