Por Antonio Andere
Lunes 20 de febrero de 1950
El combinado mexicano que Octavio Vial preparó “a vapor”, a poco menos de una semana - o lo que es lo mismo sin preparación - tuvo bastante para derrotar al River Plate por 2-0, al celebrarse ayer en Insurgentes en el décimo y último partido de una serie internacional que empezó con densos nubarrones de pesimismo y que ha terminado con un sol brillante de optimismo y satisfacción.
Porque éste de ayer ha sido, sin duda alguna, un gran triunfo. No por el 2-0, ni por el dominio que durante la mayor parte del tiempo ejercieron nuestros muchachos sobre el gran equipo argentino, sino porque se mostró una vez más que el jugador mexicano es capaz de afrontar situaciones de toda índole, y un puñado de jugadores aztecas ayer tocó la gloria del triunfo con la punta de los dedos ha sabido reivindicar al futbol azteca de tantos y tan rudos golpes
“Merecidísimo fué el triunfo del Combinado Mexicano y felicitamos a los jugadores y al público de México por este gran partido y está espléndida victoria”, tales palabras brotaron de los principales Directivos del River Plate después del partido que se llevó a cabo ayer en el cual el Combinado Mexicano obtuvo una brillante victoria de 2-0 sobre el equipo argentino de la franja roja.

A pesar de la derrota los “chés” estaban no sólo calmados, sino cordiales y amables en su vestidor. Minella el entrenador, confesó que eran ellos los primeros en reconocer la categoría del Combinado Mexicano y se deshizo en elogios para los jugadores nuestros.
Luego se refirió al agotamiento de River y a la mala suerte con que corrió en el juego de ayer: pero reconoció que esto de la mala suerte no tenía significación, pues el Combinado tuvo también magníficas oportunidades que no cuajaron.
Ramos, Miraglia, Labruna, Yácono, estaban convencidos de que el Combinado había ganado porque jugó para ganar y todos mostraron su deseo de retornar a México; pues aseguraron que se van encantados y que para todos ellos sería una gran alegría retornar el año próximo para otra serie.

En lugar de palabras gruesas y de golpes contra las puertas y paredes, ayer había sonrisas, abrazos y buenas maneras en el vestidor argentino. Labruna nos pidió que por conducto directo de LA AFICIÓN, lo despidiéramos del público mexicano que tan bien lo ha tratado y del cual se lleva gratos e imperecederos recuerdos.
En parecidos términos se expresó Yácono, otra de las grandes figuras del equipo que hoy mismo, por la mañana, emprenderá el viaje de retorno, directo a Buenos Aires.
MGC