Futbol

Las grandes historias del Diablo Mayor, el gran fan que perdió Toluca

Toluca perdió esta semana a uno de sus más fieles y añejos aficionados, Juan Soto, mejor conocido en las tribunas del estadio Nemesio Diez como el Diablo Mayor

El color que se vive afuera del estadio Nemesio Diez en todos los partidos de los Diablos Rojos del Toluca no podía estar completo sin él, ese hombre de baja estatura, abundante bigote y una piocha extensa, que complementaba su atuendo con un traje rojo, de seda, brilloso, además de un par de cuernos rojos en la cabeza. Ese demonio era Juan Soto, aficionado choricero que desde la década de los ochentas no se perdió un partido de sus escarlatas, siempre en la tribuna y por algún tiempo, incluso fue parte de la parafernalia previa a los partidos del club.

Su disfraz de Diablo fue de todos conocido, se paseaba alrededor del estadio, entonces llamado Toluca 70-86 o Bombonera, orgulloso aún cuando su equipo no figuraba entre los protagonistas de la liga, por el contrario, sufría problemas de descenso, pero nada la quitaba a ese chamuco el deseo de alentar a sus rojos.

En los ochentas y principios de los noventas sus cohetones eran sonoros en las tribunas, de tal manera que obtuvo permiso de tronar pirotecnia dentro de la cancha, lo hacía previo a los partidos y siempre destrozando una figura relacionada al rival en turno.

Le tocaron los partidos de los domingos a las 11 de la mañana, los sábados a las 3 de la tarde y los domingos al mediodía, siempre ahí, impulsando vitoreos a favor del equipo local e insultos contra la banca visitante, su lugar fue en la tribuna de sombra preferente, justo atrás del banquillo rival.

Muy pocos, casi nadie, lo conocía por su nombre, era el Diablo Mayor, el de los cohetones o el de la potra de atrás de las bancas. Con el paso de los años ese traje de seda se fue transformando. Se vistió de pants, de playera y hasta le puso capa, tras los títulos de finales de los noventas se pintó la cara de rojo, trazo final de un personaje que gritó a todo pulmón los siete títulos mexiquenses en los torneos cortos.

La afición escarlata lo recuerda perfectamente, hay todo tipo de anécdotas con él, en los juegos como local y de los de visitante. Una de ellas fue en 1995, cuando fiel a su costumbre prendió cohetones antes del partido, uno de ellos cayó en la techumbre del estadio Nemesio Diez y comenzó un incendio que se quedó en el recuerdo de aquel partido, que por cierto Toluca perdió ante Cruz Azul.

Otra memoria fue en la Ciudad de México en 1998. Fue después del juego de ida de la final entre Toluca y Necaxa, los Diablos disputaban el título después de 23 años de no hacerlo. El Diablo Mayor viajó con la porra de los rojos, ya de regreso a la capital del Estado de México y con la tristeza de la derrota parcial ante los Rayos, quemó cohetones en los carriles centrales de Periférico, acto que le provocó ser arrestado por la policía capitalina. Las porras mexiquenses pararon la circulación de algunas calles y no se movieron hasta que les regresaron a su demonio, a Juan Soto que así de intenso y constante vivió su amor por el equipo escarlata.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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