Una tarde soñada fue la que vivieron los casi 30 mil aficionados que presenciaron el duelo de Ida de semifinal entre Santos y América en el Estadio Corona, con un marco esplendoroso donde el verde y blanco predominaron en la tribuna, una noche de fiesta que alimenta la ilusión de estar en otra Final.
Los llamados que se hicieron al público en redes sociales surtieron efecto, se procuró que los americanistas no se apoderaran de los boletos y fue una minoría la gente con los colores azul y amarillo.
Marchesín aún no tiene el perdón de la afición santista, fue presionado en todo momento y tuvo que aguantar en los cuatro goles que le metieron.
En la tribuna se formaron mosaicos con los colores verde y blanco, una postal magnífica que sorprendió a los jugadores, que estaban muy metidos y listos para pelearle a uno de los llamados grandes de futbol mexicano, que llegó como favorito después de echar a Pumas en cuartos de final por goleada.
Pero aquí se toparon con un equipo con mucho corazón, capaz y convencido de hacer lo necesario con tal de seguir adelante.
Todos jugaron bien, pero llama la atención de ese joven Angulo, que sigue neutralizando a quien le pongan por su sector, que mete la pierna y no se achica. Lozano, quizá fue el que más corrió, estuvo de un lado a otro, recuperó balones y ayudó bastante en la creación.
Jonathan Orozco se equivocó en el gol de América, pero luego se sacó las espina al parar el penal a Ménez.
Al final, el festejo a lo grande y la gente continuó la celebración camino a sus hogares, caravanas con banderas y aficionados enloquecidos por lo que acababan de disfrutar, un triunfo por 4-1 sobre América, que deja la serie muy complicada para los de Coapa.
Santos ha despertado el espíritu guerrero y va firme en busca del pase a la Final con la motivación en todo lo alto.
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