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Rudas campañas electorales

A balazos se agarraron en el poniente de Torreón y según esto los que dispararon fueron los seguidores de Eduardo Guerra, que tenía pleito con La Opinión, se publicó el 5 de noviembre de 1918.

Ya se estaban poniendo rudas las campañas electorales. A balazos se agarraron en el poniente y según esto los que dispararon fueron los seguidores de Eduardo Guerra, que tenía pleito con La Opinión, hasta con los botes de basura.

Pleito que hacía de tu a tu con un periódico que fundó y que se llamaba 'El Justiciero'. Y bueno, el hecho de la balacera fue porque de Torreón Viejo se fueron al Cerro de la Cruz, se sentaron al pie de un mezquite con hartos pomos.

Iban pasando los partidarios del candidato Ortega, que respondían a los "Viva Guerra" con unos "Viva Ortega". Así que hicieron enojar a los de Eduardo Guerra y ahí fue el tiroteo. Un obrero resultó herido de gravedad. Y por un entonces regidor del ayuntamiento que iba con la bola de Guerra.[OBJECT]

Se dio a conocer la lista negra de los que estaban amenazados por la Mano Justiciera. Eran tiempos en los que era posible publicar semejante cosa. Eran como veinte particulares y además otras casas comerciales.

Las colonias otomana, árabe y china ya estaban por nombrar a alguien que se encargara de llevar el dinero de semejante extorsión. Los afectados querían que los que no cooperaran estuvieran señalados, pues como que tan codos y nada más unos iban a pagar.

Socialistas alemanes en la ciudad de Stutgart pedían la abdicación del káiser Guillermo II, el y todos los de su casa real. Por ser esto conveniente a los intereses del pueblo alemán.

En una comunicación dirigida al canciller Maximiliano, el káiser que parece que vivía en foxilandia, donde decía que en cuatro años de guerra, las formas se habían roto sin dejar ruinas y abriendo paso para las reformas nuevas.

Ya no daba una el pobre hombre. También mandó decir que en ese tiempo el pueblo germano no podría quejarse de haber perdido derecho alguno, pues tenían asegurado un porvenir dichoso y libre.

No obstante el empeorador y sus familiares tenían preparados sus equipajes. Petacas lujosísimas habían ido llegando poco a poco a un castillo en Suiza. Naturalmente, llenas de lujosísimas prendas.




dcr

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