Esta es la segunda vez que visito Quebec; sin embargo, en esta ocasión no me hospedaría en un hotel en el centro de la ciudad, sino que rentaría un coche para realizar un viaje en carretera para recorrer la provincia, en un viaje que me llevaría desde la Ciudad de Quebec, hasta Charlevoix. Pero en esta aventura, no voy sola, en al auto viaja conmigo mi amiga Fernanda, editora de la revista Destinos del Aire, con quien tomo turnos para manejar a una velocidad de no más de 100 km/h. Aquí la crónica de nuestra maravillosa e imborrable travesía.
1 Saguenay–Lac-Saint-Jean
En cuanto salimos del aeropuerto, ya bien armadas con todo lo necesario para estos 10 días de viaje, nos encontramos de frente con este lago, el cual nos acompañaría durante gran parte de este viaje.
2 Val Jalbert
Fue nuestra primera parada, en donde nos recibe un letrero con la frase “Un viaje al corazón de los años 20”. Es un pueblo que en dicha década fue muy próspero, pues contaba con la Quebec Pulp and Paper Mills Ltd, una compañía que daba trabajo a 40 familias. Cuando cerró, en 1927, esas familias abandonaron el lugar, y muchos años después fue reabierto para ofrecer tours, actividades culturales, festivales gastronómicos y estancias en los 40 edificios que simulan aquella época.
3 Zoo Sauvage de Saint- Félicien
De ahí manejamos 45 minutos, hasta llegar al zoológico, administrado por el Centro para la Conservación de la Biodiversidad Boreal y considerado dentro de los 10 mejores del mundo. Los animales deambulan por todo el parque, mientras tú realizas el recorrido en un autobús con rejas.
4 Aventuraid Park Mahikan
Si eres un amante de la vida salvaje y estás dispuesto a dejar todas las comodidades, debes pasar una noche en este parque. Para llegar, hay que manejar en medio del bosque, en una carretera de terracería. Aquí te recibe el encargado de cuidar a una manada de 40 lobos. Para tu seguridad, estos animales están en un área restringida. Por las mañanas verás cómo se alimentan y durante las noches escucharás sus aullidos. Suena aterrador, pero es una experiencia maravillosa.
5 Parc Aventures Cap Jaseux
Un viaje panorámico a lo largo de las orillas del lago Saint-Jean y que nos tomó casi tres horas de camino, nos llevó a nuestro siguiente destino: Parc Aventures Cap Jaseux, en donde puedes vivir una experiencia de alojamiento inusual, ya que las cabañas se encuentran ¡a ocho metros sobre el suelo, en las copas de los árboles!
6 Pourvoirie Cap au Lest
Tomamos nuestro Subaru para llegar a este resort conformado por chalets construidos con aromáticas maderas, justo en los acantilados del fiordo y con una vista maravillosa al Lago Saguenay.
Las vistas desde cualquier parte del resort son encantadoras. Se organizan muchas actividades al aire libre, aunque en los días más fríos, la opción es nadar en la alberca techada que tiene una temperatura muy agradable.
7 Baie-Sainte-Catherine 
Se encuentra en un valle glaciar, rodeada de acantilados, cascadas y formaciones rocosas. Por su ubicación y profundidad es el lugar de alimentación favorito para muchos tipos de ballenas, como la beluga. Para vivir la experiencia, toma un tour con la línea de cruceros AML Cruices, que son los que más experiencia tienen en estos recorridos.
8 Charlevoix
Es una región conocida por su hospitalidad y un paisaje que ha inspirado a pintores, poetas y escritores. Además, es famosa por su comida y presume de tener un vasta cultura gastronómica. Y eso lo comprobamos en el Auberge Chez Truchon y en el Fairmont Le Manoir Richelieu, en donde ofrecen platillos deliciosos, hechos con ingredientes locales.
9 Baie-Saint-Paul
Esta fue nuestra última parada. Dimos un breve paseo por la rue Saint-Jean-Baptiste, que está llena de pintorescas boutiques, tiendas e innumerables galerías de arte, que se hicieron famosas gracias al Grupo de los Siete, unos pintores paisajistas, de la década de 1920. De ahí partimos rumbo al Aeropuerto Jean Lesage, para tomar el vuelo que nos regresaría a casa.
