La costa mexicana del Océano Pacífico recibió los primeros ejemplares de ballena gris de la temporada migratoria durante la cual estos cetáceos recorren unos 18 mil kilómetros desde el frío mar de Bering, entre Rusia y Alaska.
En los cinco santuarios balleneros del noroccidental estado de Baja California Sur, es posible avistar ya algunas de las 3 mil ballenas que cada año llegan a pasar el invierno y reproducirse tras la mayor migración de mamíferos del mundo.
Las grandes concentraciones de sal de los santuarios permiten que estos mamíferos marítimos floten, por lo que las crías de ballena aprenden a nadar con más facilidad.
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Durante los cinco meses de estancia en la costa mexicana, alrededor de 70 mil visitantes de todo el mundo llegan para observar los cetáceos, lo que supone un impulso económico para la región.
Tradicionalmente los visitantes eran mexicanos y estadunidenses, aunque en los últimos años está aumentando el turismo europeo, atraído por la grandeza de estos cetáceos, contó el guía turístico Antonio Choy.
"Cuando se topan con este animal del tamaño de un autobús, muchos me dicen que les ha cambiado la vida porque es un contacto entre el mundo terrestre y el mundo submarino", añadió.
Los visitantes, vestidos con chalecos salvavidas, son trasladados a alta mar mediante lanchas a motor con capacidad para unas seis personas, y pueden avistar e incluso tocar los mamíferos.
"Nuestra primera experiencia fue hace cinco años, vimos muchas ballenas y también vimos las otras más grandes nadar a la distancia y muchos pelícanos", contó el turista alemán Ken Fisher, quien disfrutó tanto de su experiencia que decidió repetir.
Muchos de los visitantes valoran que estos recorridos son especialmente cuidadosos con el estado natural de las ballenas, a las que intentan no alterar, y que también pueden avistar delfines y otros animales del entorno.
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"Vale la pena venir por lo bonito que es y lo cuidado y limpio que está. Respetan a los animales y apagan los motores para que las ballenas estén tranquilas y no se asusten ni se lastimen", añadió la turista mexicana Lennis Salcedo.
De las mil 500 ballenas que cada año nacen en la costa mexicana, la mayoría lo hacen en el santuario de "Laguna Ojo de Liebre", albufera situada en el municipio de Mulegé, al noroeste de Baja California Sur.
La ballena gris es una especie de cetáceo que habita en el norte del Pacífico y que, en su edad adulta, puede alcanzar los 15 metros de longitud y las 20 toneladas de peso.
La temporada se extiende de diciembre a los primeros días de abril y el costo del recorrido para observar a los cetáceos puede alcanzar hasta los 800 pesos mexicanos por persona (poco más de 40 dólares).
ESS