Los robustos taburetes y esponjosos cojines que salen de una fábrica en el estado de Nueva York están hechos con hongos.
Ecovative Design es una empresa que apuesta su crecimiento al micelio, las "raíces" similares a hilos de las setas. El micelio crece en torno a pequeños trozos de tallo para crear un material entrelazado que puede moldearse para fabricar embalajes suaves para cristal o aglomerarse en tablones empleados para los taburetes que ha empezado a vender la marca.
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"Es como cultivar un árbol con la forma de tus muebles", explicó el cofundador de Ecovative Gavin McIntyre. "Pero en lugar de un árbol, utilizamos setas".
Los sencillos taburetes de material orgánico encajan con los ambiciosos esfuerzos de investigadores en todo el mundo para cultivar de forma comercial hongos, bacterias y proteínas con los que fabricar ropa o materiales de construcción.
Los defensores de esta corriente ven a los microorganismos como las fábricas del futuro, desplazando una manufactura que requiere mucha energía con modelos más sostenibles.
Aunque el nuevo sector de fabricación a través del cultivo ofrece por ahora más promesas que productos tangibles, hay empresas trabajando para fabricar ladrillos sin hornos, cuero sin vacas y seda sin animales.
Apilados en grandes montones, los minúsculos hilos blancos de micelio se alimentan de los tallos y trozos de madera para aglutinarlo todo. Tras aproximadamente una semana, las grandes bolsas de plástico se ven como grandes piezas de paja escarchada.
"Literalmente, el hongo se está ensamblando solo", dijo McIntyre.
McIntyre y el cofundador de Ecovativ Eben Bayer han utilizado el potencial de las setas desde que eran estudiantes del Instituto Politécnico de Rensselaer que cultivaban hongos bajo sus camas para un proyecto de clase hace una década.
Ahora venden tablones a fabricantes de muebles y hace poco empezaron a ofrecer su propia línea de productos cultivados para casa, como el taburete Imperial de 199 dólares.
Ellos ven los tablones de hongos como una alternativa libre de formaldehído a los productos fabricados con compuestos de madera, y trabajan con empresas externas para aumentar la producción.
Mientras Ecovative fabrica tablones, bioMASON, en Research Triangle Park, North Carolina, cultiva ladrillos de arena, agua, bacterias y algunos nutrientes.
Los ladrillos se endurecen durante varios días con la formación de carbonato de calcio entre granos de arena, imitando el proceso que hace rígidos a los arrecifes de coral. Los ladrillos de la compañía se han utilizado para pavimentar un par de patios en San Francisco, y ahora trabajan con constructores que podrían fabricar sus ladrillos sobre el terreno.
"La manufactura tradicional de ladrillos requiere bastante energía, al igual que el cemento", señaló la fundadora de la compañía, Ginger Krieg Dosier.
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Los ladrillos y tablones creados a partir de organismos vivos reciben a veces el nombre de productos "biofabricados". El jueves se celebra en Nueva York la conferencia anual "Biofabricate", con la participación de oradores que trabajan en proyectos desde el cultivo de tejido humano para fabricar orejas a la creación de cuero.
FLC