Malas las noticias electorales en Torreón. Ganó Eduardo Guerra, que no era ninguna perita en dulce, pero que ha pasado a la historia con una imagen muy buena y es que al final, es imposible el planteamiento maniqueista en cada época en la que vivimos.
Sin embargo fue consignado el gran disgusto que ese triunfo generó en medio del elemento obrero local. Gente de los partidos Socialista y Político se fueron hechos la muy veloz comisión a la capital del país para denunciar las flagrantes y fragantes violaciones electorales.
La junta para contar los votos se había instalado en el Teatro Herrera y pues mal comenzó el día electoral. Acabó peor. Votó gente que no iba a votar y los que sí estaban en listas fueron ignorados.[OBJECT]
Se señaló la incapacidad de los funcionarios electorales. Quien sabe por qué, pero esto parece que pasó ayer. Aunque hacen ya casi cien años de la escandalera.
Aunque venía una buena noticia y es que por fin, agua pasa por el Nazas, o pasó en hermoso caudal que auguraba épocas de bonanza para esta feraz región. Nomás llegando el líquido y el chisme corrió por doquier, sobre todo entre los agricultores.
Cabe destacar una vieja costumbre que tenían los algodoneros cada que llegaba el agua: abrían botellas de champaña para brindar por el río, arrojando el fino licor al cauce rivereño. ¿Qué tal?
Por una bola de billar perdida, un hombre murió en Torreón. Era Dimas Chavarría que hizo berrinche por la susodicha bola, cuando él y tres amigos departían en la cantina "El Paraíso", y el hombre no esperaba que aquello se convirtiera en un infierno.
Dimas aventó un "torno", tal vez una mentada o algo peor, contra la rata de la bola. Y a Salvador López le cayó mal el "torno", así que reclamó y a la moda ebria, Dimas le dijo que no era para él pero si quería lo agarrara.
López se le fue encima y Chavarría le dio con una varilla, a lo que el tal López contestó con una puñalada en el corazón y hasta removió el arma punzo cortante en el torso de su víctima, saliendo trozos de víscera y asustando a todos. El asesino se fue. Al occiso lo velaron en el Partido Socialista Obrero. La policía investigaba.[OBJECT]
Que según esto por fin el ex káiser había firmado su abdicación, nomás no quería estarse en paz y sí firmó su abdicación pero seguía de necio que quería regresarse a Alemania. No lo hizo, sabrá Dios por qué, pero eso hubiera causado todavía más caos.
El cardenal Mercier, primado en Bélgica, hacía declaraciones sobre las atrocidades que los alemanes cometieron en su país durante el tiempo que permanecieron instalados. Al menos doce mil civiles fallecieron por mano germánica.
dcr