En plena cirugía de extirpación de un tumor en la parte baja de la columna vertebral, los médicos decidieron continuar con la intervención quirúrgica practicada a Jaciel, ya que de ello dependía que el niño de 10 años volviera a caminar sin dolor y dificultad.
El neurocirujano pediátrico Luis Felipe Gordillo, junto con ocho especialistas más, se encontraban en el quirófano del Hospital Infantil de México Federico Gómez, cuando comenzó a temblar.
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“En el momento del terremoto, teníamos unos minutos de haber levantado la columna lumbar del pequeño. Estábamos liberando el tumor pegado a las raíces nerviosas, cuando el microscopio quirúrgico se sacudió violentamente. Nos dimos cuenta de que empezaba a temblar y cubrimos al niño con unas compresas para evitar que se contaminara la herida. Lo mismo hizo una de las enfermeras con el material quirúrgico”, recordó.
Su equipo permaneció quieto y tranquilo, pero el movimiento telúrico seguía cimbrado a su alrededor. “¿Qué me preocupó en ese momento? Es una situación muy, muy compleja. De entrada, uno tiene sus cinco sentidos puestos en la cirugía. Nosotros no sabíamos que el terremoto iba a tardar 90 segundos ni la magnitud de su movimiento”.
Gordillo recordó las recomendaciones de Protección Civil que sugieren concentrarse en
lugares seguros conocidos como el triángulo de la vida. En el caso del quirófano: la mesa de operaciones, y así lo hicieron.
Cuando el sismo pasó, de inmediato, se verificó que Jaciel estuviera estable y que las máquinas que le daban soporte vital estuvieran trabajando adecuadamente.
Luis Felipe y sus compañeros neurocirujanos Jonathan Franco y Natalia Hernández, continuaron trabajando cerca de dos horas y media más con la zozobra de que se presentara un segundo temblor.
“Sí, pudimos dar por terminada la cirugía y cerrar, pero cada uno de los integrantes del equipo mostró su profesionalismo, porque a pesar de que estábamos preocupados por nuestras familias, nos concentramos en hacer nuestro trabajo para retirar los remanentes del tumor que pudieran estar en la columna de este pequeño”.
Jaciel tenía un tumor dentro del canal raquídeo que abarcaba casi una cuarta parte de la espina dorsal, por lo cual comprimía raíces nerviosas y la médula espinal.
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Gordillo Domínguez comentó que se trata de una patología rara “un tumor epidermoide de lenta evolución” y para evitar más complicaciones en la salud del pequeño, programaron su cirugía tres días después de su ingreso.
La operación concluyó exitosamente ocho horas más tarde. Hoy, Jaciel se recupera en su casa y en los próximos cuatro meses, su columna se reconstituirá poco a poco.
No obstante, dijo, iniciará un largo camino de rehabilitación pero confía en que el pequeño salga a correr con sus amigos y tenga una nueva oportunidad de vida feliz y sin dolor.
Hace 15 años, Gordillo Domínguez ingresó al servicio de Neurocirugía pediátrica, donde realizan en promedio entre 400 a 600 intervenciones anuales. De ellas la mitad son patologías tumorales intracraneales o medulares.
IRH