Nacido en la Ciudad de México, Fernando Royo Díaz Rivera, ha hecho de La Laguna el hogar en donde formó la familia de la que siempre ha estado orgulloso. Su madre, sus hijos y nietos son hoy su mayor tesoro; en lo profesional, su equipo de trabajo le provoca una gran satisfacción.
Radicado en La Laguna desde hace 22 años, ama a esta región, aunque prefiere un buen almuerzo a las tradicionales gorditas laguneras.
La pasión es un concepto que lleva más allá de las palabras al emitir una crítica por irregularidades en la política como en lo profesional en la dirección de un banco. Su vida entera la ha vivido con esa energía y las ganas de disfrutar todo lo que hace.
Apasionado de los viajes y conocer nuevos lugares, a través de la fotografía logra captar momentos, paisajes, aspectos de la vida cotidiana que ha ido archivando y hoy cuenta con 68 mil fotografías en su celular que muestra orgulloso.
Su carrera financiera y bursátil inició en la capital del país, donde aún y que se codeó con apellidos como Slim, Salinas Pliego y otros personajes como presidentes y gobernadores, Royo Díaz Rivera se muestra sencillo en su trato.
Aún y que su plática transcurre de forma agradable y tranquila, es aguerrido al momento de señalar algún error o irregularidad en la política o en la sociedad en general.
¿A quién admiras?
A mis tres hijos y a mis padres. Me llenan de orgullo. En los ochentas fui admirador de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Habrá quien me critique, pero fueron personas que se preocuparon por hacer las cosas bien, a pesar de lo mal que se iba a poner su entorno. Se enfrentaron a un sistema, pasaron periodos de muchas críticas y austeridad. Fueron dos personas que políticamente fueron muy respetables.
Te conocemos como alguien que señala, critica y propone, pero ¿Qué tanto te importa la crítica de otros hacia ti mismo?
De repente te asusta cuando estás en los reflectores, cosa que jamás pensé. Me enorgullece haber sido presidente de Coparmex y todo lo que viví en ese periodo. Lo que sí te afirmo es que nunca hubo un negocio, ni un sólo peso o un favor. Siempre dije lo que pensé. Quienes me enfrentaban, me criticaban, pero yo sólo les repetía lo que yo pensaba. Considero que los valores de Coparmex son una maravilla, son mucho mis valores: Ven mucho por el individuo, por su familia, por tu grupo o empresa. Estos valores van de la persona hacia afuera, contrario a la colectividad que hoy se promueve. Estando ahí tuve acceso a personas como Carlos Slim, a presidentes de la República, a gobernadores.
¿De quién sería la llamada telefónica que quisieras recibir?
De mi papá. Quisiera decirle que ya nació Fernandito, (su bisnieto).
¿Algo de qué arrepentirse a los 65 años de edad?
Sin duda de mi divorcio. El estar involucrado mucho en mi trabajo con muchos viajes, para cumplir mi responsabilidad y el viajar tanto, afectó. Aunque quizás eso fue lo que debía pasar para poder vivir lo que hoy experimento.
¿Qué experiencias tienes o qué actividades realizas en tu tiempo libre?
La fotografía me gusta mucho. Todo tipo de imágenes. En mi teléfono tengo 68 mil fotografías, ya que en mis viajes tomo muchas fotos. Leo novelas, libros de Finanzas, biografías y trayectorias de gente exitosa. Creo que la edad sí te cambia la perspectiva. Antes me veías de guerrillero (en su forma de ser). Si veía algo irregular, pues las decía. Creo que las cosas hay que decirlas como salgan.
Siendo colaborador en medios de comunicación, ¿Te ha gustado ejercer este rol?
No es que te guste. En lo personal creo que, si pongo mi granito de arena siendo activo y caminando por mi línea, si cae mal a otros, pues así es y ya. Si el decir tu opinión genera reacciones, pues qué bueno.
¿Algo que te avergüence?
Lo digo públicamente. Cuando choqué tuve consecuencias (por lesión), en mi pie. Cometí un error y lo pagué muy caro. Sí supe que hubo instrucciones (de alguien), de publicar y destacar la nota de mi accidente. Obviamente sí fue un error muy fuerte en mi vida. Lo reconozco como tal, pero hay que dar vuelta a la página. Lo que digan me vale. Creo que todas las experiencias que vives en la vida te van moldeando y te dan forma a lo largo de tu vida. Y esto fue una experiencia al que buscarle el lado bueno. Hubo mucha gente que se rió de mí. Sí hubo políticos a los que les dio mucho gusto lo que me pasó; pero pues a mí me enoja que faltaran 18 mil millones de pesos de facturas en la administración, dónde está ese dinero.
¿Eres una persona que cierra ciclos?
No. Yo sigo caminando y seguiré trabajando mientras tenga lucidez. No me veo sentado en una mecedora viendo el atardecer. Adoro Torreón. Le doy gracias a la vida que me haya puesto en esta ciudad hace 22 años, llegué con IXE (banco). Adoro vivir aquí, adoro a mi gente, a mis amigos con gente entrañable como Eduardo Holguin que recién falleció. Era un cuate sincero, que se peleó con mucha gente para que el IMPLAN naciera y apoyar a los muchachos en su equipo de trabajo.
¿Te consideras “pata de perro”?
Sí, lo soy. Me gusta mucho viajar. Viajar solo me gusta, de verdad es una limpieza de espíritu. Me encanta conocer lugares, aventurarte, levantarte muy temprano a tomar fotografías.
¿Te gusta tomar café?
Me considero cafetero descafeinado.
¿Títulos de libros que hayas leído?
Eneagrama, ¿Quien soy? de Andrea Vargas. Así como Encantado de Conocerme, de Borja Vilaseca.
CALE
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