Alrededor de las 8:00 de la mañana, Antonio Padilla, circulaba a bordo de su taxi, empezaba su jornada de trabajo, cuando al pasar la calle Ortíz de Zárate, por la prolongación Allende en Lerdo, cayó en un pozo, lo cual ocasionó daños en el automóvil, que le hicieron perder varias horas de su tiempo y dinero.
A decir por los vecinos, el pozo se originó hace alrededor de dos meses por una fuga de agua potable , la cual se reportó en su momento al personal del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAL), quienes acudieron a repararla, sin embargo, al momento de concluir el trabajo, se limitaron a rellenar el pozo con caliche, material que no resistió, y se presentó el hundimiento.
La falta de un señalamiento y la acumulación del agua pluvial, ocasionaron que para el taxista fuera imposible ver el pozo, que al momento de pasar, se rompió la horquilla de suspensión.
En la orilla de la banqueta, con la llanta de fuera, lleno de grasa, e intentando reparar su carro, analiza el costo que representa esta descompostura, gasto que no tenía contemplado.
Para la compra de la pieza afectada, destinará alrededor de 600 pesos, aunado a la mano de obra y considerando los ingresos que dejó de percibir por alrededor de cuatro horas que no trabajó por arreglar el automóvil, la pérdida económica equivale a más de mil pesos, por el deficiente trabajo del SAPAL.
Gracias a Antonio Padilla, durante la mañana del sábado, otros automovilistas no corrieron con su misma suerte, pues al momento de sufrir su percance, acudió a colocar un tronco en el hundimiento, como un señalamiento, poco después llegaron Tránsito y Vialidad para acordonar la zona.
Pero gracias a la iniciativa de taxista, más carros que circulaban por esta transitada vialidad, como es la prolongación Allende, no cayeron.
Ahora Padilla, exige la reposición de su dinero a las autoridades, como principales responsables por los daños y pérdidas económicas que esto le representa.