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  • Reserva de la Biosfera de Mapimí, armonía entre turismo y cultura

  • EN EL 2000 FUE NOMBRADA Área Natural Protegida, DESDE ENTONCES EXISTEN PROYECTOS PARA MANTENER CON VIDA ESTA ZONA
  • La familia Herrera de la Cerda ha trabajado en la oportunidad de mantener a la comunidad de La Flor, como un atractivo vacacional, además de funcionar como un proyecto de conservación ambiental.
La comunidad busca la armonía entre cultura y esparcimiento.

Una ruta obligada para conocer la Reserva de la Biosfera de Mapimí es la comunidad de La Flor, donde sus pobladores han sabido potencializar el turismo como un ente cultural de su identidad y ahora en conjunto con la academia buscan consolidarse.

Al llegar a la comunidad lo primero que el visitante puede observar es el Centro de Atención a Visitantes, una construcción antigua y rehabilitada como una guía práctica del ejido.

[OBJECT]En su interior encontramos el Museo Comunitario de Mapimí, recinto que comenzó a operar a principios de la década pasada a iniciativa de la familia que queda en la comunidad rural.

En la entrada hay dos cédulas informativas que exponen generalidades de la Reserva de la Biosfera, cuyo término surgió a principios de los setentas para cuidar zonas donde habitan especies singulares como la tortuga llanera y cuenta con decreto presidencial para ello.

También informa que fue en el 2000 cuando la extensión de 342 mil hectáreas recibe el nombramiento de Área Natural Protegida.

Ya en los dos cuartos que componen el museo encontramos vitrinas que tienen en exhibición fósiles de camaleones, murciélagos y tortugas, entre otras especies de la zona.

Las habitaciones cuentan con más cédulas informativas que abundan sobre la flora, la fauna, el tipo de ecosistema que compone la reserva, así como el descubrimiento de la popularmente conocida Zona del Silencio que hizo a finales de los sesenta Harry de la Peña.

El Centro de Atención a Visitantes cuenta también con un área de dormitorios para quienes quieran visitar la zona y disfrutar el cielo nocturno que ofrece paisajes que sus habitantes catalogan de únicos por la escasez de luz artificial en los alrededores.

Julia Martínez, representante de Prestadores de Servicios Turísticos La Flor Zona del Silencio Asociación Civil, explica que el proyecto de convertir el ejido en un área de atención turística comenzó en el 2002 cuando decidieron capacitarse en la materia.

De ahí surgió una asociación civil compuesta por los miembros de la familia Herrera de la Cerda y que cuenta con 19 integrantes, de los cuales ocho están involucrados directamente en las actividades de promoción.

“Lo que mostramos aquí no es mitología o fenómenos sobrenaturales, sino la experiencia de vivir en el desierto”, afirma.

Los recorridos organizados por la asociación abarcan otros espacios de la comunidad rural para conocer la flora, la fauna y la infraestructura añeja que como una antigua hacienda.

En el primero de los casos hay actividades de monitoreo de la tortuga llanera y el Águila real, es decir, los visitantes acuden hasta las zonas donde aparecen esos animales y tienen la oportunidad de fotografiarlos y apreciarlos.

Los interesados en recorrer la reserva pueden comunicarse al teléfono: 619-106-4472.

Una reserva única en el país con especies en peligro

La Reserva de la Biosfera de Mapimí es un espacio único en México por la particular de que su extensión territorial abarca tres estados: Durango, Chihuahua y Coahuila.

Cristino Villarreal, director de la reserva, resalta que fue de las primeras zonas registrada en el Programa Internacional Man and Biosphere de la UNESCO tanto por México como por América Latina.

“A nosotros nos toca su administración y luchar por su conservación. Tenemos seis líneas de acción: protección, manejo, restauración, conocimiento, cultura y gestión”.

Indicó que para la labor de conservación es fundamental el apoyo de los habitantes de las comunidades rurales que componen la reserva. En cuanto a las especies expone que existen alrededor de 400 de flora y más de 240 en fauna entre entre aves, reptiles y otros animales.

Detalló que desde el 2004 a la fecha la inversión para infraestructura de la reserva ha sido poca y enfocada a la compra de materiales, sin embargo los pobladores de las comunidades pusieron la mano de obra.

La academia como una aliada

Derivado de un convenio que firmaron con el municipio de Mapimí, Durango, la Universidad La Salle Laguna perfecciona nueve proyectos de desarrollo cultural y turístico.

[OBJECT]El primero de ellos ya fue concluido y tuvo que ver con renovar las cédulas informativas del museo comunitario. Ayer los estudiantes involucrados, representantes de la reserva y autoridades de la universidad realizaron una visita para presentar el trabajo.

Luis Dávila de León, rector de la institución, destacó que el reto ahora será la creación de una empresa que sirva para fomentar las áreas turísticas de la región y de esa forma promover visitas.

Así también recordó que no es la primera vez que los estudiantes se involucran con las comunidades rurales que guardan una tradición importante de la región, pues ya lo hicieron con proyectos en Sapioriz.

rcm

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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