Lucía Barbalena, presidenta de la asociación civil Dios es Clemente y Misericordioso, señaló que la presencia de personas migrantes en tránsito por la región Laguna ha disminuido significativamente desde la implementación de políticas antimigrantes durante el gobierno de Donald Trump.
Indicó que esta baja se ha reflejado directamente en las labores de asistencia de distintas organizaciones, como Ángeles de Nazareno, las cuales históricamente han brindado auxilio a migrantes que viajan a bordo del tren conocido como La Bestia, con rumbo a la frontera norte del país.

Menos tránsito y más incertidumbre entre migrantes
Barbalena recordó que, en años anteriores, la agrupación ubicada en el poblado de Nazareno recibía familias y hombres solos que buscaban llegar a Estados Unidos en busca del llamado “sueño americano”. A ellos se les apoyaba con comida, agua, cobijas y medicamentos. Sin embargo, esa presencia ha disminuido drásticamente.
“Quizá temen que es infructuoso continuar hacia la frontera”, comentó la activista, al referirse a la posible percepción entre los migrantes de que cruzar a Estados Unidos es hoy más difícil y riesgoso.
La reducción en el paso de personas ha obligado a redirigir los esfuerzos de asistencia hacia otros grupos vulnerables, principalmente personas en situación de calle. A ellas se les entrega comida preparada con donativos de comercios y centros de abasto locales.
Apoyo solidario de la comunidad lagunera
Barbalena destacó el respaldo que han recibido por parte de establecimientos como Súper La Esmeralda, Al Súper, Mercado Aurrera y otras agrupaciones que donan alimentos como frutas, legumbres y pan, con los cuales se preparan comidas para personas necesitadas.
En el caso de los migrantes que aún pasan por la región, la ayuda se brinda en forma de paquetes con alimentos enlatados, galletas y agua, fáciles de transportar para su camino.
Además, mencionó que Ángeles del Nazareno recibía también medicinas y asistencia médica, ya que muchos migrantes llegaban enfermos o con padecimientos derivados del viaje. Un médico del poblado colaboraba con consultas, mientras que la Fundación Dr. Simi, de Víctor González Torres, donaba los medicamentos necesarios, como lo ha hecho desde la fundación de la agrupación.
Concluyó que, aunque la atención a migrantes ha bajado en volumen, el compromiso de ayuda humanitaria sigue vigente gracias al trabajo conjunto entre la sociedad civil y la comunidad lagunera.
edaz