La noche del sábado 3 de septiembre, un incendio que se prolongó por espacio de cuatro horas y media dejó en pérdida total la tienda de ropa "Los barateros", lo que colocó en posición de riesgo el empleo de por lo menos 50 jefes de familia.
El siniestro se generó alrededor de las 20:00 horas, sobre la causa todavía no se tiene certeza, aunque representantes de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) sostiene que se trata de un incendio provocado.
El propietario del negocio, Waldo Díaz Velázquez aún no ha dado a conocer una versión clara sobre la causa de la conflagración, de lo que se tiene certeza es de que la noche del sábado será inolvidable para parte importante de la ciudad.
De acuerdo con el dirigente de la Canaco en la capital de Guerrero, los barateros representan una opción real para vestir a las familias de escasos recursos, porque se trata de un establecimiento que vende a precios de mayoreo, lo que implica tener acceso a diferentes tipos de ropa con precios más bajos que el resto de los establecimientos.
En la casona color rosa, ubicada sobre la avenida de los Insurgentes, en la parte norte de la capital de Guerrero, de acuerdo con el dirigente de la Canaco hay por lo menos 50 jefes de familia que de no recuperarse pronto el costo de lo perdido, que hasta la jornada del domingo no estaba cuantificado, podrían ver en riesgo la permanencia en el empleo.
En una ciudad con problemas de desempleo como lo es Chilpancingo, perder un negocio de las dimensiones de Los barateros, representa un desequilibrio importante para la actividad productiva, aunque el hecho se quiera minimizar.
En la mayoría de los casos, cada uno de esos 50 trabajadores encabeza una familia, que desde la noche del sábado saben que su sustento depende en mucho de la capacidad de recuperación del propietario del negocio, Waldo Díaz Velázquez.
El altruista
El nombre de los barateros no está ligado exclusivamente a la actividad comercial, su propietario es conocido por su inclinación a participar en acciones de respaldo a la comunidad, cada que la ciudad se ve afectada por situaciones trágicas.
Por ejemplo, en septiembre de 2013, cuando el estado se vio perjudicado por las lluvias de tres días que desataron la tormenta tropical 'Manuel' y el huracán 'Ingrid', a Waldo Díaz se le miró distribuyendo ropa, colchonetas, despensas y mercancía de abarrote entre cientos de damnificados de la cabecera municipal de Chilpancingo y su comunidad más grande; Petaquillas.
"Nosotros como Cámara Nacional de Comercio logramos reunir 16 toneladas de víveres, casi comenzábamos la distribución cuando llegó Waldo con una camioneta llena de artículos de abarrote, su capacidad de carga era de 3.5 toneladas", comenta el profesor Pioquinto Damián.
Las 3.5 toneladas de abarrote, de acuerdo con el dirigente empresarial, se cuentan a parte de cientos de colchonetas y cobertores que en su momento mandó al municipio de Ajuchitlán del Progreso, en la región Tierra Caliente.
Si bien el propietario es originario de Iguala de la Independencia, tiene por lo menos 30 años asentado en Chilpancingo, no se le conoce otra actividad más que la comercial, la clave de su éxito, radica en ofrecer ropa a precio de mayoreo.
En medio de la tragedia, Waldo Díaz todavía tuvo un gesto positivo más para los habitantes de la ciudad, sobre todo para los que la mañana del domingo se acercaron a mirar en que condiciones se encontraba el sitio.
El empresario decidió regalar todo lo que quedó en buenas condiciones, pero que ya no podrá vender a precio de nuevo porque se mojó y manchó durante los trabajos encaminados a sofocar las llamas.
