Marisol Cuadras fue velada en una pequeña capilla ubicada en el centro de la ciudad de Guaymas, Sonora. La activista fue una de las tres personas que murieron durante el ataque armado frente a Palacio Municipal que, de acuerdo con el gobernador Alfredo Durazo, iba dirigido al comisionario de Seguridad Pública, Andrés Humberto Cano Ahuir.
Las puertas de la funeraria San Francisco fueron abiertas desde ayer a las 19:00 horas para quienes buscaban despedir a la joven de 18 años. Al lugar acudieron familiares, amigas, amigos, compañeras de las luchas feministas y ambientalistas.
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Durante las primeras horas no se observó algún dispositivo especial de seguridad en el lugar, ubicado en la esquena de las calles Luebbert y 11, o que el sitio fuera resguardado por las autoridades.
La actividad pública en Guaymas se detuvo este viernes, los espectáculos, eventos culturales y deportivos que estaban programados fueron cancelados. Hubo personas que optaron por no salir a la calle si no había necesidad y prefirieron refugiarse en sus casas.
Durante el día se observaron patrullas de las distintas corporaciones en recorrido, sin embargo, a partir de las 20:00 horas, las calles principales lucieron solas y en el Palacio Municipal, donde ocurrió el ataque, no se observó que alguna unidad de seguridad estuviera custodiando el área.
Usualmente, el malecón turístico es visitado por las familias para pasear frente al mar, pero este fin de semana la concurrencia era menor, con puestos de comida y mecánicos estaban cerrados. El lugar parecía apagado.
En un recorrido nocturno, realizado por varias colonias y el primer cuadro de la ciudad, no se observó mayor presencia policiaca o algún operativo especial, como fue anunciado por autoridades estatales y federales.
Según los acuerdos de la Mesa de Seguridad Estatal, llegarían 100 marinos adicionales y la policía estatal incrementaría su presencia en el puerto con más de 200 elementos.
ROA
