Griselda (Ramírez) Burciaga encabeza en Coahuila el recorrido de la “Reina de los Inmigrantes”.
Además es presidenta de la Federación de Clubes Oriundos de Coahuila, en Chicago, Illinois y está registrada bajo términos legales en el Consulado General de México de la ciudad norteamericana.
“La meta es concretar una reforma migratoria en Estados Unidos de Norteamérica, a través de la fe cristina”.
Aclaró que no es empleada del Consulado Mexicano, solo participa como voluntaria y no recibe algún tipo de salario, “como ciudadana mexicana tengo un derecho de participación social bajo los reglamentos establecidos por el Estado Mexicano”.
Es originaria de Matamoros, Coahuila y desde hace 40 años radica en Chicago.
Se pone el apellido de su esposo, Rosendo Burciaga, ya que para ella su marido representa la cabeza y el liderazgo de su familia que es integrada por 6 hijos: cuatro mujeres y dos hombres, todos mayores de edad.
Burciaga recibió la imagen de la “Reina de los Inmigrantes”, en los límites de Torreón con Gómez Palacio, el pasado 24 de septiembre de este 2018. Venía de Durango Capital donde fue acogida por familiares de mexicanos que han inmigrado hacia Estados Unidos por diversas causas.
¿Crees que a través de la fe, el gobierno de Donald Trump, anuncie una Reforma Migratoria, cuando ha manifestado su repudio a los inmigrantes mexicanos y centroamericanos?
Sí lo creo, está plasmado en las sagradas escrituras y lo dijo Jesús en su recorrido migratorio cuando les dijo a sus seguidores: “si tuvieras fe del tamaño de un grano de mostaza, le dirías a este monte muévete para un lado y este se movería”.
Por qué no creer a través de la fe que habrá una reforma migratoria por la intercesión de la “Reina de la Inmigrantes”, a pesar de las políticas duras y crueles de Trump.
Convocar a más de 8 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos, en una sola fuerza a lo que usted refiere “El Milagro de la Reforma Migratoria”, es muy ambiguo y complicado.
¿Cómo se conformó este planeamiento y estrategia, cómo surge esta idea extraordinaria?
El planteamiento surge por las injusticias y violaciones de los Derechos Humanos, de todos aquellos inmigrantes que ya se encuentran en Estados Unidos y de los que posiblemente ingresen a territorio norteamericano.
Platicamos con diferentes liderazgos radicados en Chicago, relacionados al tema y coincidimos con esta terrible problemática de inequidad.
En la Parroquia de San Pío V en Chicago fue donde comenzó este proyecto la “Reina de los Inmigrantes”, en el 2015, que por cierto fue llevada al Vaticano para que recibiera la bendición del Papa Francisco.
A partir de ese año, la reina ha recorrido algunos estados de la Unión Americana y algunos de México, sobre todo en aquellos donde se registra mayor incidencia de inmigrantes mexicanos.
¿Cómo considera a las redes sociales en este tipo de proyectos, en los que se requiere una difusión masiva, qué alcance pretenden?
Las redes sociales son una herramienta indispensable, nosotros las utilizamos mucho y a través de ellas queremos empoderar y posicionar a la “Reina de los Inmigrantes”, con el lema principal “El Milagro de la Reforma Migratoria”.
El proyecto queremos que madure lo más pronto posible, por eso estamos recorriendo diferentes municipios de Coahuila y enviamos el mensaje a todos aquellos creyentes para que unan en oración para alcanzar la complicada y difícil reforma migratoria.
La fuerza y el poder de todo lo que hay en nuestro entorno, radica en la espiritualidad y su mayor epicentro se genera desde las entrañas de nuestro corazón, de ahí se detona la fe, la convicción de lo esperamos.
Se encuentran con la “Reina de los Inmigrantes” en su recorrido por Saltillo
en el sector poniente justo donde las vías del
tren guían a “La Bestia”,que viene del sur de México, fueron bajados por guardias de la empresa ferroviaria cinco inmigrantes centroamericanos, quienes arriba de un furgón.
“En mi país hay mucha pobreza y para sacar adelante a la familia tengo que venirme a los Estados Unidos”, dice Luis Humberto Garza, inmigrante hondureño que visiblemente se le nota cansado y hambriento.
Salió de Honduras hace dos meses y la travesía por Guatemala y México hacia a la frontera con Estados Unidos ha sido abominable.
“Me asaltaron en el camino y me quitaron mi poco dinero que traía, ahora se me dificulta llegar al norte”, dice exhausto y con pocas posibilidades de cruzar al otro lado.
“Ehhh pana, no traías unas moneditas que me des para seguir mi viaje, mira que Dios te recompensará”, pide con acento bien marcado de su natal Honduras.
Con él viajan otros cuatro paisanos suyos que bajan de “La Bestia”, procedente de Querétaro.
“En el camino nos conocimos pana”, refiere Ángel Antonio, joven de 19 años, quien también sufre el mismo calvario.
Horacio de 22, de tez morena, clava la mira hacia la cámara fotográfica, se percibe incómodo y arisco, pero eso sí porta la camisa amarilla del equipo de sus amores: “El América”.
Mientas que Óscar López de 20 años, quien también viaja en el grupo, carga una mochila con el logotipo del “Partido Verde Ecologista”, adentro guarda sus pocas cosas que trae para seguir su largo viaje.
Cada uno de ellos guarda en su corazón la misma historia de sufrimiento y sus metas coinciden entre sí, por eso se han entendido durante el camino.
Quien sorprende es el americanista Horacio, “yo no le tiro pa'l otro lado, yo le tiro pa' Monterrey pana, ahí es donde quiero llegar y ponerme a trabajar”.
Para Horacio México es una buena opción para trabajar y conseguir un permiso de trabajo en el Instituto Nacional de Inmigración.
Compara a México con Honduras, “tú sabes pana que está mejor este país que el mío, me gusta y aquí me quedo”, dice con ojos ilusionado.
A lo lejos los esperaba la imagen de la “Reina de los Inmigrantes”, a lado de las vías del tren, entre las piedras y camino irregular.
La imagen era sostenida por el matrimonio Burciaga y esperaba junto con ella a los inmigrantes.
Al llegar hasta donde estaba ella, Griselda R. Burciaga, les dio la bienvenida y de inmediato les brindó una palabra de aliento basada en la fe cristiana.
El único que mostró interés propio en las palabras evangélicas de Burciaga, fue Luis Humberto, su mirada lo decía todo, sufrimiento, hambre, maltrato y hasta odio.
Fue el primero en postrarse y venerar a la “Reina de los Inmigrantes”, y agradecerle con toda la entraña de su corazón, la protección y seguridad durante el difícil camino.
Mientras Óscar lo observaba como incrédulo.
A los cinco como que deseaban que alguien les tendiera la mano, para al menos mitigar el hambre, sueño y dolor psicológico.
Tras algunas oraciones que hicieron Luis Humberto y Ángel Antonio, todos guardaron silencio.
De pronto, Griselda Burciaga les dijo “ahorita nos vamos a subir a la camioneta y los vamos a llevar a la Casa del Inmigrante del Padre Pedro Pantoja”.
Prosiguió: “ahí serán bien recibidos y les brindaran alimento, cobijo, descanso y atención médica y ustedes van a decidir quedarse el tiempo que ustedes dispongan y posteriormente continuar su camino”.