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Facebook conecta a los ex trabajadores de Fundidora

La iniciativa es una comunidad cerrada en redes sociales, donde entran solo ex trabajadores directos; ahí se comparten experiencias, fotografías y documentos, dijo Esteban Ovalle.

Reunidos en la sala de Esteban Ovalle, en la colonia Fabriles, ex trabajadores de la Fundidora comparten anécdotas mientras que son transmitidas hasta Estados Unidos gracias a las redes sociales.

Mediante el grupo en Facebook Somos La Maestranza, los empleados de la antigua Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey se comunican entre sí, tratando así de mantener vivos sus recuerdos.

La iniciativa provino de las hijas de Esteban Ovalle Carreón, ex empleado de la acerera y quien desde hace años se ha dedicado a recopilar las memorias de sus compañeros en diversos libros.

“Es un grupo cerrado en donde entran solo ex trabajadores directos, ahí se comparten experiencias, fotografías y documentos. Empezamos hace un año con tres personas, ahora somos 400”, menciona Ovalle Carreón en entrevista.

Las reuniones se realizan un sábado al mes en donde acuden entre cinco o seis herederos de la antigua acerera. El resto, se conecta a través del grupo en Facebook mediante una transmisión en tiempo real.

Mediante esta cuenta han podido localizar a antiguos compañeros y sus familias, la mayoría residentes en Monterrey, aunque también se ubican en otros estados de México e, incluso, en Estados Unidos.

“Mi hija es la que nos conecta, que le sabe bien a eso de la tecnología. Cuando platicamos nos dice que hay gente de la frontera y de Estados Unidos, quienes nos mandan sus mensajes”, agrega el llamado “cronista de la Fundidora”.

Generar un archivo

La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey inició operaciones en febrero de 1903, siendo una revolución industrial para la ciudad.

Después de diversos conflictos entre los empresarios y el Estado, la empresa finalmente se declaró en quiebra la noche del 9 de mayo de 1986, impidiendo el acceso a los empleados al día siguiente.

Esteban Ovalle relata que trabajó durante 30 años en la empresa, ingresando en 1956 como aprendiz. Tras el cierre de la Fundidora se ha dedicado a escribir las memorias de los empleados, siendo su primer libro una memoria sobre los trabajadores muertos en el accidente de 1971.

“En 1999 empecé con la labor de escribir, siempre he dicho que yo no estudié historia pero tengo los recuerdos vivos de lo que ahí pasaba”, agrega el cronista.

Consciente de que la edad va cobrando mella en las últimas generaciones de empleados de la acerera, el proyecto Somos La Maestranza también busca generar una memoria de viva voz.

“Sería mucho decir pero queremos hacer un archivo de los ex trabajadores, porque se conserva la memoria de los directivos o aparatos que compraban de Alemania o Inglaterra, pero la memoria de lo que pasaba al interior no está en los libros, la tenemos nosotros en los recuerdos”.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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