Todo mundo en Culiacán sabe que si alguien se contagia de covid-19 y necesita oxígeno o cualquier ayuda médica urgente, al lugar a donde debe de acudir es al covitario: una casa que está todavía en construcción, sin techo y con piso de tierra, donde atiende la internista Martha Alicia Torres, directora de Salud municipal.
“La idea surgió hace un año, cuando los trabajadores del ayuntamiento que no tenían seguridad social eran rechazados de los hospitales públicos y no sabían cómo atenderse”, cuenta Torres, una mujer canosa que usa triple cubrebocas. “Meses después empezamos a recibir a gente sin recursos y fue cuando las consultas se nos elevaron a 90 por día”.
Desde entonces, calcula la internista, unos 5 mil pacientes han pasado por Cuitláhuac número 3563, colonia Rosario Uzárraga, al norte de Culiacán. A esa calle sin pavimentar la gente llega desde las cuatro de la mañana para asegurar uno de los turnos. La mayoría, por lo que ha visto Torres, son personas que ni siquiera tienen para comprar una caja de paracetamol. “Vienen de toda la ciudad, e incluso de los ranchitos más cercanos. Los pacientes recuperados son los que a medio mundo le andan pasando la voz del covitario”.
A Gabriel, un joven de 27 años que no encontró hospital público que lo atendiera, unos vecinos que se contagiaron le recomendaron el covitario. Su recuperación, dice Gabriel, ha sido notoria desde el primer día. “Llevo siete días enfermo y no he dejado de asistir a mis citas con la doctora Torres”, cuenta debajo de un árbol para cubrirse del intenso calor.
Las finanzas del covitario están cojas. Ahora sobrevive por dos vías: la solidaridad del personal médico, como la enfermera Rocío Gastelum quien ayuda los días cuando descansa en el Hospital General. “Dos parientes se contagiaron y la doctora Torres los sacó adelante, por eso estoy aquí”.
Y sobrevive, también, por un comité ciudadano que recolecta medicamentos contra el covid-19 en la Plazuela de Catedral. “Conocí el covitario porque una hija se contagió y ahí recibió toda la ayuda para recuperarse”, ha contado la activista Martha Camacho, integrante del comité.
“Son tantos los pacientes que atienden en el covitario que son insuficientes las medicinas; hoy es cuando se necesita la ayuda de los políticos que andaban prometiendo de todo en la campaña”. Por ahora, reciben donativos en la cuenta 4169160451893409.
Aunque hoy le hacen falta más de veinte medicamentos, Torres cree que el covitario permanecerá hasta que se acabe la pandemia. “¿A dónde más va a ir la gente si los hospitales de Culiacán están llenos?”.
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DMZ