Más allá de ser la novia del mejor futbolista, de la chica española de origen argentino que trabajó en Massimo Dutti y Gucci, y de la influencer con más de 30 millones de seguidores en Instagram, ella es –ni simple ni sencillamente– Georgina.
Soy Georgina se titula el reality show producido por Netflix, lanzado en enero pasado, en el que a lo largo de seis capítulos de 40 minutos Georgina Rodríguez muestra pinceladas de su vida pasada y presente.
Uno de los detalles que el público descubre acerca de Geo, como muchos la llaman cariñosamente, es que ha bailado desde niña; lo que queda más claro es que siempre ha bailado a su propio ritmo. La forma pausada en la que habla, así como todo lo que dice y hace, muestra a una mujer completamente segura de quien es y de a dónde quiere ir.
Cenicienta del siglo XXI
Al más puro estilo de cualquier cuento de hadas, Georgina y Cristiano Ronaldo coincidieron en 2016 en la tienda de lujo en la que ella trabajaba. Geo tenía solo 22 años y el futbolista 31. Comenzaron a salir, y como él mismo lo cuenta en las pocas apariciones y el cero protagonismo que tiene dentro de la serie, quedó prendado no solo de la belleza de la chica, sino de las coincidencias de vida que había entre ellos y de todo lo que Georgina era por dentro.
“Es una persona muy persona; una amiga con superpoderes”, opinan sus amigos cuando se les pregunta si ha cambiado en algo desde que la vida le dio un giro completo.
Con 28 años, tiene prácticamente el mundo a sus pies. Económicamente está blindada: autos, joyas, ropa, viajes relámpago en yates y aviones privados; justo aquello con lo que solía soñar. Todo parece indicar que emocional y mentalmente también está hecha. Madre de cuatro niños (próximamente de seis, ya que la pareja reveló que espera gemelos), en cada minuto deja claro que la familia es lo más importante y que cada cosa material que tiene es gracias a “Cris”.
Con una relación de pareja que la mayor parte del tiempo se vive a distancia, Rodríguez dedica su tiempo a sus hijos, a ella misma, a su familia y amigos, y a ayudar a otras personas. También deja claro que la boda con Cristiano es algo que le importa poco: “Ya no tengo espacio para más anillos”, dice entre risas al ser cuestionada al respecto. A Georgina Rodríguez el mundo y su opinión no le hacen mella. Sabe lo que trae puesto y poco tiene que ver con el costo de su atuendo.
La estrella
Importantes festivales y premiaciones la han visto desfilar por la alfombra roja sin tener que ir de la mano de su famoso novio. Georgina se ha ganado el respeto y la admiración de la gente siendo quien es y no solo por ser la novia de nadie. Además de tenerlo todo, tiene tres cosas a su favor: presencia, inteligencia y don de gente.
La serie, como sucede más que nunca en estos tiempos, ha sido recibida desde diferentes extremos: están los que ya la conocían y la recibieron con gusto, los que supimos quién era a raíz de esta, y los que la consideran un lamentable despilfarro de tiempo y dinero. Quizá causa molestia que la influencer aparece a cuadro diciendo que después de ser camarera, limpiadora y dependienta ahora es “la puta ama”, que sí es; o tal vez les indigna lo que consideran una tremenda banalidad, porque muestra una vida llena de lujos.
Seamos muy honestos: si por cinco minutos pudiéramos ponernos en sus zapatos (o en sus vestidos, o en sus bolsas), en su historia y en su edad, yo le pregunto: ¿qué habría hecho usted? Total, la sobreexposición la practicamos muchos e igual la critican todos.
Resulta muy entretenido escuchar su historia, y sin duda la mejor parte del docureality que ya confirmó una segunda temporada, es el detrás de cámaras que aparece al final. Si los primeros seis capítulos gritan “Soy Georgina”, estos últimos minutos podrían llamarse “Soy Georgina, sin pose alguna”.
Más allá de las críticas, quizá habría que quedarse con la frase que la protagonista repite una y otra vez: “Los sueños se cumplen”. Dicho por ella suena más a un decreto personal que a una frase motivacional. Se cumplen porque se cumplen y al que no le guste, que no la vea.
Vida pública
Desde que son pareja, Geo publica en sus redes sociales las vacaciones, fiestas, cumpleaños y noticias de su familia; tiene más de 34 millones de seguidores en Instagram.
Van a ser seis
Tienen cuatro hijos: Cristiano y los cuates Mateo y Eva María, que no son hijos biológicos de ella, y Alana Martina, de ambos. En mayo se sumarán los gemelos que esperan.
bgpa
