Después de luchar por su vida 12 días en un hospital, Germán Robles falleció ayer a los 86 años a causa de complicaciones con la enfermedad crónica que padecía (EPOC).
Su cuerpo llegó alrededor de las 17:00 horas a la funeraria Gayosso de Sullivan, donde asistieron al último adiós su familia y algunos compañeros del medio artístico.
“La última semana estuvo sedado casi todo el tiempo, no hubo oportunidad de platicar, pero en lo cotidiano la comunicación entre nosotros era fundamental”, dijo Ana María Vázquez, su viuda, quien compartió con él 33 años de vida.
En contraste a la dureza que mostraba sobre el escenario, ella lo describe como un hombre dulce.
“Era absolutamente pro mujer, era de puertas abiertas; jamás me celó ni me cuestionó estudiar dramaturgia o licenciarme. Siempre hubo consejos y apoyo, la confianza que se debe tener en una pareja”, aseguró al referirse al actor que hizo historia con el personaje de vampiro, recurrente en sus interpretaciones como El ataúd del vampiro.
Durante casi 30 años, el actor estuvo distanciado de su hija Maribel, pero pocos días antes de su deceso surgió la reconciliación y la también esposa de Rogelio Guerra llegó a las instalaciones de la funeraria entrada la noche.
“Estoy triste, pero contenta a la vez por la reconciliación, por haberlo visto el jueves lúcido y haberle dicho que lo quería...”, comentó.
Rafael Inclán acudió al velorio y salió corriendo a causa de compromisos laborales; César Bono acompañó a la familia del actor, cuyo último trabajo se registró en la obra La Dama de negro.
Mario Casillas, presidente de la ANDI, compartió su tristeza: “Trabajamos juntos y fue un gran amigo desde hace muchísimos años. Se fue un grande... Todos le teníamos mucho respeto”.
Sus restos serán cremados y llevados a su natal España para descansar junto a sus padres en Peñarrubia, una colina de Asturias.
