Explorar las últimas tres décadas del país permitió a Diego Luna reconocer su esencia como persona y actor, y es que el montaje escrito por Alejandro Ricaño, Cada vez nos despedimos mejor, lo retó a evolucionar frente a un monólogo que renueva temporada, ahora en el teatro Ignacio López Tarso.
"Extrañé mucho la historia, porque se vive de forma cronológica y orgánica, eso me hacía falta", dijo Luna, quien dejó en pausa la puesta para dedicarse de lleno a la promoción de la cinta que dirigió sobre el activista César Chávez.
"La promoción de Chávez me llevó a la locura, antes tenía vida con la obra de teatro, caminaba por la calle, tenía cercanía con el público y un sabor que solo da el teatro, eso era lo que extrañaba mucho, por eso me emociona recuperarlo", añadió el actor.
"(La obra) me permitió salirme del teatro intimista y conocer lo que pasa en el teatro más grande y con un público mayor", señaló Luna en relación con Cada vez nos despedimos mejor, que repone funciones, ahora en el teatro Ignacio López Tarso, donde Diego podrá refrescar la memoria de los hechos ocurridos en las últimas tres décadas en México. La historia del país se cuenta en paralelo a la historia de amor entre Mateo y Sara.
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