Hace más de 10 años, en 2011, llegó la música de Bretón Armada a nuestro país en formato de CD. Vía el sello tijuanense AT-AT Records, de Robert Castañeda (Ford Proco), se anunciaba que este dúo poseía diversas cualidades. La principal, por supuesto, era que la integraban Luis Prosper y Big Toxic, considerados gurús de la música electrónica en España.
Ambos complementaban esa historia de grandes pasajes que los antecedían para revitalizar sus sabias intenciones con “Principios de siglo”, algo así como un letargo de electro pop, de ese que se movía muy bien en su tierra natal allá por los años ochenta, pero en este disco acudían con anhelos a que la vanguardia no les quitara su lugar ganado con creces, con la inventiva de explorar distintos sonidos y novedosas pautas de imaginación.
Esas armas son las que velaba Breton Armada para conjugar ese talento que abrazaba referencias tan elocuentes como Heroica, Smol Tosi, Oviformia Sci, La Fura dels Baus, no muy conocidas aquí, pero de gran repercusión española, o en sí ya lo comercial de Fangoria, en tales conceptos responsables de direcciones musicales o producción: Toxic había trabajado como productor, remezclador de Fangoria; Prosper, letrista también del dúo español formado por la ex Alaska.
A la distancia, este disco contempla por mucho un apartado más reflexivo para cargar los dados hacia lo político. Diseccionan sonoridades y lanzan vocalizaciones que competen a imprimir algo de protesta, sobre todo en los tonos repetitivos e incluso agónicos.
Eran tiempos de ordenar bien las ideas en cuanto a qué se quería decir, y este dueto lo esgrimía bien, por eso no es de sorprender que su lírica haga la tarea aparte: “Cambiar de canal”, “Todo el mundo quiere ser alguien especial”, “Por tu bien, por mi mal”, “Tanto tienes, tanto vales”, “Salve!”, “De la violencia”, “Lo crudo, lo cocido, lo quemado”, “Aquí no se salva ni Dios”, que que conectan muy bien la materia gris con las manos, para complementar su manera de abordar sus instrumentos, en ese fluir de beats por la sangre. A destacar la voz de Prosper, envolvente, pura y certera en la reproducción de sentimientos encauzados en cada nota.
Hay además de esas referencias marcadas al pop de consumo un dejarse ir por pasajes que retocan a cada momento el híbrido de que no hay mal que por bien no venga, y discos como éste han dejado un halo de esperanza, tanto en el campo musical como letrístico, que hay que decirlo se permite el abuso metafórico. Breton Armada además apela a que la curiosidad nos pesque en muchos momentos hipnóticos, porque entienden que en las rarezas y lo ecléctico hay un contenido que agita, que cimbra.
Este disco de colección aún se consigue en formato de CD en AT-AT Records, en los mails:
web: http://www.atat-records.com