Los héroes no siempre llevan capa y esto lo podemos ver en Los tipos malos 2, la historia que regresa para recordarnos que hasta el lobo más feroz puede tener un buen corazón.
La nueva entrega animada de Dreamworks, que ya conquistó al mundo con su primera entrega, presenta ahora una secuela cargada de acción, humor y dilemas morales, protagonizada por un grupo de outsiders que deciden, o al menos intentan, dejar atrás su vida criminal.
La película llegó a los cines con un elenco de voces entrañable en español: Ilse Salas como la misteriosa ladrona Sombra; Manolo Cardona como el Sr. Lobo, y Pablo Perroni como el Sr. Serpiente.

El trío de actores coincidió en la magia de participar en este tipo de proyectos: “es mi primera vez haciendo doblaje”, confesó Ilse Salas, “me gustan las películas infantiles, porque es un universo que entiendo cuando las historias son así de buenas”.
"Esta tiene una irreverencia que disfruto mucho. Son personajes que todo el tiempo están debatiéndose por qué camino andar y que van aprendiendo las consecuencias de lo que eligen, y eso me parece fantástico, porque así es la vida. También drenas muchísimo de tus fantasías de ser el malo más malo del mundo, que también es muy divertido, porque todas esas locuras las haces a través de la ficción y se vale explorarlo”, agregó la actriz.
En busca de redención
Una de las marcas distintivas de DreamWorks ha sido crear personajes imperfectos, que desafían los arquetipos clásicos de héroe o villano. Desde Shrek y Kung Fu Panda hasta Cómo entrenar a tu dragón el estudio ha perfeccionado la fórmula del antihéroe entrañable, y Los tipos malos no es la excepción.
“Creo que es más difícil cuando todo tu antecedente ha sido ese camino; lo fácil, lo malo, la trampa o el robo”, dijo Cardona.
La película va más allá del entretenimiento, planteando temas que resuenan con las audiencias, la elección entre el bien y el mal, el valor de cambiar, la posibilidad de redención, incluso para los más incorregibles.
“Ese es el quid (esencia) del asunto” —explicó Cardona—, “encontrar nuestra mejor versión todos los días, o tratar por lo menos de estar en ese camino. En esta entrega, los personajes lo saben”.
Una experiencia actoral distinta
Para Ilse Salas, reconocida por su trabajo en dramas complejos y cine de autor, prestar su voz en una cinta animada fue un salto a lo desconocido, “nunca planeo lo que va a pasar, no me caso con emociones premeditadas”, explicó.
“Pero aquí no hay sorpresa, y tienes que hacer como que sí la hay, lo que aprendí es que habla tu cuerpo, no solo es la voz, empiezas a moverte, a usar todo, y sí, así es como te enamoras del personaje”.

A esa sensación se suma Pablon Perroni, “cuando estás actuando, nunca te ves, pero en la animación estás viendo a tu personaje todo el tiempo” --explicó el actor--, “porque lo estás analizando para dar tu voz, lo estás viendo, lo entiendes y lo acabas queriendo. Mira que sencillo y complejo a la vez, llevo horas hablando del personaje y es algo que acabo de entender justo en este momento, después de escucharte”, dijo Perroni a Ilse Salas.
La película también exige una precisión técnica poco evidente para el espectador, “te requiere de una gran maestría, que afortunadamente se logra por un equipo tan increíble como este, la directora te lo va explicando y te mueres de la risa mientras la escuchas, porque es muy ingeniosa, el humor es fantástico y los personajes son entrañables”, comentó Perroni; además, “los expertos de DreamWorks lo saben hacer mejor que nadie". _
AJR