Hace exactamente una década, el 30 de agosto de 2015, el mundo del cine de terror perdió a uno de sus más grandes maestros: Wes Craven.
Reconocido por su mente brillante y su capacidad para subvertir las reglas del género, Craven no solo creó a algunos de los villanos más icónicos de la pantalla grande, sino que también revolucionó el terror, primero al definir y luego al deconstruir el género slasher.


El arquitecto del miedo: Más allá de Freddy y Ghostface
Si bien Wes Craven es famoso por sus dos grandes franquicias, su influencia comenzó mucho antes. Su brutal debut, La última casa a la izquierda de 1972, sentó las bases para el cine de venganza, pero fue con Las colinas tienen ojos de 1977 que se estableció como un genio del terror de supervivencia.
La película, inspirada en la leyenda escocesa de una familia caníbal, mostraba una cruda lucha entre lo civilizado y lo salvaje, un tema que exploraría en el resto de su carrera.
Craven no se limitaba a los clichés; su estilo se distinguía por la forma en que fusionaba el terror psicológico con el surrealismo, especialmente al desdibujar la línea entre la realidad y el mundo de las pesadillas.
"Las películas de terror no crean miedo, lo liberan".
Este enfoque llevó al nacimiento de Freddy Krueger, un villano que no podía ser derrotado con una simple puerta cerrada.
Su habilidad para convertir el lugar más seguro —los sueños— en una trampa mortal, fue la base del éxito de Pesadilla en la calle del infierno y cambió para siempre las reglas del género.

La revolución del género slasher: De su creación a la deconstrucción
En 1996, cuando el slasher ya parecía agotado, Craven hizo lo inesperado: se burló de todas las reglas que él mismo había ayudado a crear.
Con la película Scream, se reescribió el género al convertirlo en una meta-película que usaba el humor, la ironía y el conocimiento de la audiencia para subvertir las expectativas.
Ghostface se convirtió en un ícono de la cultura popular y le dio al género una inyección de vida que demostró que el terror podía ser inteligente y divertido al mismo tiempo.
El legado que sigue vivo en el cine
La influencia de Craven se siente hasta el día de hoy, y su trabajo ha demostrado ser atemporal gracias a su capacidad para conectar con los miedos más profundos de la audiencia.
Sus películas no solo inspiraron a toda una generación de directores, sino que también siguen siendo la base para nuevos proyectos. Como él mismo decía:
"El primer monstruo con el que tienes que asustar a la audiencia eres tú mismo."
Actualmente, el cine está lleno de reboots, secuelas y precuelas que continúan expandiendo las franquicias que él creó, un testamento de lo sólidas que eran sus ideas.
Desde la última saga de Scream (que ha tenido un éxito masivo en taquilla) hasta los constantes intentos de revivir a Freddy Krueger, el legado de Wes Craven sigue tan vivo como la pesadilla que le dio vida.

Vida personal: El adiós a un ícono del terror
Wes Craven falleció el 30 de agosto de 2015, a los 76 años de edad, en su casa de Los Ángeles, California. La causa de su muerte fue un tumor cerebral.
En cuanto a su vida familiar, Craven se casó en tres ocasiones. Tuvo dos hijos, Jonathan Craven y Jessica Craven, de su primer matrimonio.
Su hijo Jonathan, al igual que su padre, se dedicó al cine como guionista y director, manteniendo el legado familiar en la industria.