Ni León ni América (mucho menos éste) quisieron que la atención de su partido regresara a lo que pasa en la cancha del Estadio León y no en la nostalgia que detonó la noticia de la inminente salida de Agustín Marchesin a Europa.
Es como si ambos equipos también quisieran que estos primeros 45 minutos se fueran lentos, que el tiempo no corriera y que la hora del adiós sea pospuesta lo más que se pueda.
Y así se nos fue la intención de tener un buen primer tiempo entre Panzas Verdes y Águilas.
Y ni siquiera apelar al recuerdo de las batallas épicas de la liguilla pasada.
No hay ganas o, por lo menos, no se ven. Sigamos suspirando por Marchesin y, si las cosas no cambian para la segunda mitad, que igual sigan inundados los ojos... ante la pobre actuación de quienes de esperaba más.
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